La hermandad del Rocío de Arcos culmina un largo periodo de preparativos y reuniones para la organización de la Romería de Pentecostés en la que participa con el resto de hermandades de todo el mundo y bajo el paraguas de la hermandad matriz.
Este martes, y cumpliendo escrupulosamente con el horario para no alterar luego la salida en barcaza desde Sanlúcar, la hermandad partió de su parroquia de San Francisco tras una emotiva misa de romeros en la que tomó parte el coro de la propia hermandad, numerosos hermanos y feligreses en general, que así acompañaron al Simpecado como símbolo de la corporación rociera.
La hermandad presidida por la hermana mayor, Isabel Vallejo, contó en tan significativa cita con la asistencia al a misa de romeros y posterior pequeña procesión por las calles, del alcalde de la ciudad, Isidoro Gambín, en una presidencia compuesta, además, por el párroco de San Francisco, Jorge Manrique; la presidenta del Consejo de Hermandades y Cofradías de Arcos, Mari Nieves Sánchez; y los delegados de Fiestas y Cultura, Juan Ramón Barroso y María Macías, que así fueron hasta el recinto ferial para despedir a la hermandad que entonces se disponía a partir para Bajo de Guía.
En el recinto ferial tendría lugar el rezo a María Santísima y los clásicos ‘¡Vivas!’ con los que la hermandad inicia su particular Camino.
Ahora los rocieros se disponen a vivir su reencuentro con la Blanca Paloma, este año con la mayor ilusión posible tras la fatal experiencia del COVID-19, lo cual, de otro lado, no ha hecho más que motivarlos para seguir cultivando su fe y su amor por María Santísima.