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Andalucía

Crece el interés por la compra de fincas rústicas en Andalucía

Las operaciones de compraventa están al alza, varios son los factores que impulsan este crecimiento

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  • Fincas.

Andalucía ha notado un repunte importante en la demanda de funcas rústicas. Las operaciones de compraventa están al alza, varios son los factores que impulsan este crecimiento, como el interés de buena parte de la población de volver al campo después del confinamiento obligado por la pandemia

El mercado inmobiliario rural español hace algunos años que viene arrojando datos positivos. Según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) para constatar el buen momento que atraviesa el sector, la compraventa de fincas rústicas en España aumentó un 3,9% en 2018 con respecto al año anterior. Un ritmo de crecimiento que continúo en 2019 y que ahora se ha visto impulsado como efecto de la cuarentena a la que se han visto obligado los ciudadanos por culpa de la pandemia de coronavirus.

Andalucía, una de las comunidades más demandadas


Para entender el repunte que vivía el sector antes de la crisis, hay que entender que para muchos inversores el campo es siempre un valor seguro, considerado como un refugio para las inversiones. Este hecho se pudo constatar después de la fuerte crisis de 2008, cuando sus precios solo bajaron en torno al 10 o el 15%, un porcentaje mucho menor de lo que lo hizo el sector residencial y terciario.

Otro motivo por el que resulta atractiva esta inversión para aquellos que tienen cierto poder adquisitivo es la poca rentabilidad que ofrecen los bancos por los ahorros. El campo la rentabilidad es siempre mucho mayor que cualquier depósito a plazo fijo.

Entre otras regiones de España, Andalucía sigue siendo uno de los destinos preferidos para llevar a cabo este tipo de inversiones. Destaca no solo la calidad de sus tierras para la explotación agrícola o ganadera, sino también el buen clima que acompaña a la región durante todo el año.

Repunte de la demanda tras la pandemia del coronavirus

Siendo como ya se ha comentado anteriormente en este artículo un valor seguro, no es de extrañar que con la crisis provocada por la llegada del coronavirus la demanda se haya visto incrementada aún más. En este sentido, los inversionistas siguen encontrando aquí un lugar seguro para invertir sus ahorros.

Sin embargo, no es solo este colectivo el que despierta su interés por este tipo de fincas. Cada vez más ciudadanos de clase media, o medio alto, quieren trasladar su vivienda habitual al campo, huyendo de la vida ajetreada y estresante de las ciudades. Y, sobre todo, ante el temor de sufrir un nuevo confinamiento, siempre es preferible tener un terreno por donde pasear, y no un piso o un adosado sin posibilidad de respirar aire fresco y natural.

Durante la pandemia y la época de encierro, este interés no ha hecho más que crecer. Muchos urbanitas quieren cambiar de vida, dar un giro de 180 grados a sus vidas y dejar las ciudades para vivir e irse al campo, como se hacía antaño. Este colectivo pone sus ahorros, su esfuerzo e ilusión en la compraventa de fincas rústicas.

Andalucía para ellos es una de las zonas más deseadas, no en vano cuenta no solo con excelentes propiedades rusticas, sino con algunas de las mejores playas y espacios naturales de España.

Ventajas de vivir en el medio rural

Son muchos los beneficios que se consiguen cuando se sale de las grandes ciudades y se cambia de vida en un entorno natural.

El primero de ellos y el que impulsa a la mayoría a dejar su vida en la ciudad está directamente relacionado con la salud, el aumento de calidad de vida, una alimentación más sana y natural, la bajada de los niveles de estrés, respirar un aire más limpio y vivir en un área sin contaminación acústica ni lumínica.

Sin embargo, son en realidad los pequeños detalles los que aportan felicidad en el día  a día y hacen que los que se atreven a dar el paso de este gran cambio de vida no se arrepientan. Los paseos nocturnos para admirar un cielo estrellado, la contemplación de la naturaleza, no tener problemas de aparcamiento, belleza de los entornos y parajes sin mega infraestructuras, la calidez de la gente, los alimentos de calidad, como la fruta y verduras frescas al alcance, el olor a tierra mojada y a flores silvestres, el silencio de la falta de tráfico…

Entre los principales inconvenientes que frena a muchos a dar el paso, aunque sea tentador, se encuentra la falta de comodidades, sitios de ocio y recreo o servicios indispensables. Destaca por ejemplo la falta de centros comerciales o colegios y centros de salud. En realidad, estas carencias solo son reales si adquieren fincas rurales muy alejadas de los principales núcleos de población. En general, con la buena red de carreteras del territorio nacional, y en Andalucía en particular, estas distancias no suponen carencias reales, ya que en coche todo queda a pocos minutos.

En cualquier caso, no cabe duda de que para los que realmente buscan un cambio de vida y no una inversión, la decisión de ir vivir a las zonas rurales tiene que ser muy meditada, pues evidentemente la vida y la rutina diaria van a ser muy distintas. Un gran cambio que la mayoría de los que dieron el paso en el pasado consideran positivo por los beneficios que le has traído aparejados en el presente, mejorando notablemente su bienestar y el de su familia.

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