El Consejo de Ministros aprobaba el pasado viernes el tan esperado Plan Integral para el Campo de Gibraltar. Se trata de un conjunto de medidas en el que han participado en su elaboración ocho ministerios y que contempla, entre otras iniciativas, un ambicioso Plan de Empleo para una comarca azotada por altísimas cotas de paro, así como la creación de tres nuevos juzgados, la puesta en marcha de una Zona Franca además de un refuerzo de los efectivos policiales allí desplegados y que libran una incesante lucha contra el narcotráfico y la delincuencia organizada. El programa se completa por un compromiso inversor en infraestructuras por valor de 810 millones de euros.
Ahora lo que hace falta es que tan ambicioso proyecto no se quede en un mero enunciado y que se haga realidad cuanto antes tal es la imperiosa necesidad de que, por fin, se lleve a cabo, de una vez por todas, un tratamiento de choque en uno de los enclaves más castigados a pesar de sus potencialidades y el apreciado lugar geoestratégico que ocupa. La adversidad ha llegado a tal punto que no se pueden generar ya más falsas expectativas que ahonden en la frustración de sus vecinos. A pesar de ello, algunos partidos políticos, lejos de celebrar la noticia, la han tachado de electoralista. Es decir, al menos se tenía que haber esperado hasta la conclusión de la campaña de las elecciones andaluzas.
Se olvidan de que esta comarca no puede esperar ni un día más cualquier actuación que vaya encaminada a mejorar las condiciones de vida de los campogibraltareños, venga de donde venga. Cuanto antes, mejor. Es más, debería conminarse a todas las fuerzas políticas a retratarse con la zona,a especificar con pelos y señales sus propuestas para ese territorio sin permitir más demora alguna, dado el estado de emergencia al que se hace frente. Y no sólo eso. Debe obligarse al resto de administraciones públicas,como es el caso de la Junta a concretar, también, sus planes sin olvidar, por supuesto, la interrelación con Gibraltar y las consecuencias del Brexit. Esta crisis debería ser aprovechada para establecer vías reales de colaboración entre todos para el impulso económico de ese rincón de la provincia de Cádiz. Así que lejos de considerar electoralista el anuncio de Moncloa, como mucho, habría que estimarlo como tardío. El paro y la inseguridad ciudadana, el desafío, en fin, que algunos han realizado al Estado ha de tener una respuesta inmediata. Ahora, de lo que se trata, es que sean rigurosos en su aplicación y desarrollo.
