Hasta ahora, en la mayoría de los casos, la palabra reurbanización significaba que Emasesa levantaba una calle para renovar sus redes y que detrás venía Urbanismo para sustituir los adoquines tradicionales de Gerena por asfalto (como en Trastamara) o granito de otras latitudes y suprimir las aceras por las denominadas plataformas únicas en que se deja al peatón indefenso frente al tráfico.
Hemos de felicitarnos de que la reurbanización de la Avenida del Greco vaya a ser algo muy distinto: el ensayo de un nuevo modelo de vía urbana, de un nuevo modelo, en suma, de ciudad verde. Parece mentira que a estas alturas de la historia tengamos que saludar como novedosa la aplicación de recetas urbanísticas de toda la vida pero que habían quedado relegadas desde aquellas plazas duras con motivo de la Expo-92: más árboles y más plantas (sombra) y más fuentes ornamentales y de agua potable, que apenas existen en una ciudad tan calurosa y turística como la nuestra. Y con la vegetación y la sombra (se incrementarán al doble) habrá también más espacio para los peatones (la mitad de la avenida) y el carril bici y menos para los coches.
El alcalde ha dicho que este modelo es exportable, pensando en la candidatura de Sevilla a la capitalidad verde. Preferimos que sea importable, para que se aplique primero en muchas otras calles de nuestra ciudad y no sólo en el Polígono de San Pablo.