El escollo es que “los dueños de las viviendas se echan para atrás cuando ven que su futura inquilina es una inmigrante”. Este curso contará con más de mil participantes, y en el seno del mismo se pretenden buscar las soluciones a este fenómeno.
Tras la vivienda, el acceso a un empleo digno y en iguales condiciones al resto es el segundo problema de las inmigrantes, porque les pagan mal.