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La tribuna de El Puerto

Subrogar e implorar

Este Ayuntamiento se hace el sueco por decreto. No hay un asunto colectivo y de ámbito general que se implique abiertamente y ofrezca y dé una solución

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Simplificar a la ligera se tiende a hacer apreciaciones no demasiado justas que pocas veces se ajustan a la realidad. Y no crean que tiene su carga de profundidad. Que la tiene. Pero eso sí, hay detalles que por más que se intenten ocultar no valen para ser lo más claro convenientemente.

En este caso hay una coyuntura que es evidente, ¿cómo se puede jugar al despiste sin el menor pundonor y sin la menor consideración ante los trabajadores? 

La problemática laboral de los trabajadores de las subcontratas municipales se extiende y se enreda por días. Y lo peor es que todos los actores que están intentando solucionar, o eso dicen, ninguno ofrece una vía clara. El pacto progresista hace aguas, antes y ahora.

Por ilusorio y por incumplidor. Y esto no es opinión, es información. Ni se están garantizando la ayuda a los más desfavorecidos ni se está cumpliendo con la clase trabajadora. Parches, excusas y achaques.

Un alcalde que lidera una formación que entona en su ADN el “socialista” y “obrero”, qué quieres que les diga. Sí, la misma sensación que cuando uno dice que es “Unida” o que es “Popular”. Mismas sensaciones. A cuál más rara.

Unos que prometen el oro y el moro ante unas Municipales que bien valen un puñado de votos y con un pensamiento que ante sólo una carambola, que al final se dio, lo llevarían a Peral. Por eso son esclavos de sus palabras.

Este Ayuntamiento se hace el sueco por decreto. Por norma. No hay un asunto colectivo y de ámbito general que se implique abiertamente y ofrezca y dé una solución. Ni uno. En el resto, en sus temas, es transparente a la ideología sectorial que toque.

Promesas electorales que constatan que el mañana es mejor que el hoy.  Ahora sacan de la chistera una comisión. Otra más. Ése comodín del politiquero de turno que sirve para alargar y exculpar de toda responsabilidad y ganar tiempo al tiempo ante un problema que vendrá pero es conveniente alejarlo, adormilarlo.

El último en actuar ha sido la CNT. Todos contra todos. Es Comisiones Obreras, la que según ellos, está “manipulando”. Más madera. Ojo que es grave la acusación o cuanto menos elocuente. El que está al frente, el ex presidente de la Flave, José Rodríguez, es el señalado. Pregunto, ¿y el Gobierno qué ha estado haciendo? El sueco. Lo dicho.

Un sindicato contra otro sindicato. Y vuelvo a cuestionarme, ¿al trabajador quién lo defiende? Porque de un tiempo a esta parte, más de un año y medio, las promesas de los señores De la Encina y Fernández parecen ya olvidadas. Ya en el poder se le ha cobeado una, dos y hasta tres veces. Que si “no se preocupen que cuando gobernemos”, que “irá a Pleno”. Que “quiten la huelga”. Ah, “que no te lo había dicho”, que ahora hay una comisión.

El tiempo pasa y el esperpento no tiene freno ni definición.

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