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Ana María Matute, narradora de la niñez de la posguerra y tercera mujer en la RAE

Matute, que ha fallecido este miércoles, a punto de cumplir los 89 años, se crió en el seno de una familia adinerada y conservadora que influyó en la obra y la ideología de la autora

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La escritora Ana María Matute Ausejo (Barcelona, 1925), ganadora de casi todos los premios nacionales de letras y literatura --entre ellos el Premio Cervantes, el Planeta y el Nacional de Literatura--, destacó por narrar la posguerra española desde el punto de vista de los niños y por ser la tercera mujer en ingresar en la Real Academia Española (RAE) en sus 300 años de historia.

   Matute, que ha fallecido este miércoles, a punto de cumplir los 89 años, se crió en el seno de una familia adinerada y conservadora que influyó en la obra y la ideología de la autora. "Yo fui la rebotada de una familia de derechas. Te educaban en el catolicismo y quedabas sellada. Me hice atea", relató la escritora, quien se inclinó hacia la izquierda política.


   Según la escritora, su infancia estuvo marcada por el conservadurismo de sus padres, que no comprendían a una niña "rara" y tartamuda que se encerraba en los libros y en su propia imaginación. Comenzó a escribir a los cinco años, y sus cuentos, de gran precocidad, forman parte del legado cultural de la Universidad de Boston (Estados Unidos).

   "Las clases acomodadas hablaban de educación, pero en realidad sólo les interesaban unos modales que yo nunca aprendí. Las monjas de entonces únicamente enseñaban su propia ignorancia. Se puede decir que he pagado un precio alto por mi libertad", aseguró la escritora en un reportaje publicado en el diario 'EL PAÍS' en diciembre de 2008.

   Matute escribió su primera novela con 17 años, 'Pequeño teatro', con la que ganó el III Premio Planeta en 1954, y se confirmó en el mundo literario. A partir de entonces, se dedicó por entero a la escritura, influida, entre otras cosas, por su experiencia durante la Guerra Civil, que estalló cuando era niña.

   Solía decir que la niñez, lejos de ser una etapa, era un mundo completo en sí misma, y la mirada infantil de los "niños asombrados" que presencian las desgracias de la Guerra Civil en muchas de sus obras es realista y cargada de emociones.

   "La guerra [...] nos marcó mucho a todos [...] los que éramos niños en aquella época, y los escritores de mi generación no se han librado de hablar en algún libro o en muchos de la Guerra Civil [...] 'Pequeño teatro' y 'Los Abel' no versan sobre la guerra, aunque ya en 'Los Abel' hay algunas cosas", aseguró la escritora.

   Dada a escribir trilogías, la más famosa fue 'Los mercaderes', integrada por 'Primera memoria', 'Los soldados lloran de noche' y 'La trampa', y dominada por la Guerra Civil y su sociedad materialista; en conjunto su treintena de obras se ha traducido a 23 idiomas.

   La Edad Media fue un tema obsesivo para Matute: 'La torre vigía' se considera la primera obra en la que Matute cambia la ambientación de posguerra por la de lo medieval, algo que mantuvo en 'Olvidado Rey Gudú' (1997) y 'Aranmanoth' (2000), sus libros más recientes y con los que rompió un largo silencio literario.

   En cambio su última novela, 'Paraíso inhabitado' (2008) retoma la temática infantil, desvinculada ya de los horrores de la guerra pero marcada por la falta de amor entre sus padres, por lo que la protagonista se refugia en un mundo interior lleno de amigos imaginarios.

LA VIDA EN SU OBRA

   En casi todas las obras de Matute se puede entrever alguna pincelada de su vida: a principios de los años 60 escribió 'Historias de la Artamilla', 'A mitad del camino' y 'El río', libros autobiográficos en los que rememora la niñez y la ruralidad e Mansilla de la Sierra, pueblo riojano donde vivió con sus abuelos un tiempo tras padecer una grave enfermedad.

   Comenzó de niña a escribir cuentos, que ella misma ilustraba, inspirándose en los viajes al extranjero de su padre, pero lo que desencadenó la obra infantil de la autora fue el nacimiento de su hijo Juan Pablo en 1954, fruto de su matrimonio con el escritor Ramón Eugenio de Goicoechea, del que se separó en 1963.

PREMIOS

   Aunque se quedó a las puertas de ganar el Nobel de Literatura cuando fue candidata en 1976, Matute, sin embargo, acaparó multitud de premios, casi todos los nacionales concedidos a las letras y la literatura.

   En 1959 consiguió el Premio Nacional de Literatura con 'Los hijos muertos' -novela premiada también con el de la Crítica de 1958-- y el Premio Nadal con 'Primera memoria', del que ya había quedado semifinalista en 1949 con 'Luciérnagas' -la censura le impidió publicarla--.

   En 1984 fue Premio Nacional de Literatura Infantil y Juvenil por 'Sólo un pie descalzo', en 2006 recibió el Premio Terenci Moix, en 2007 Premio Nacional de las Letras Españolas y el 2010 el Premio Cervantes, últimos galardones que obtuvo en vida.

   Otros galardones que también recogió fueron el Café Gijón en 1952 con 'Fiesta al Noroeste', el Premio Festenrath de la RAE en 1962 con 'Los soldados lloran de noche' y el Premio Lazarillo de literatura infantil en 1965 por 'El polizón de Ulises'.

EL SILLÓN 'K' DE LA RAE

   En 1996, ingresó en la Real Academia Española (RAE), donde ocupó el sillón 'K' y, durante su toma de posesión, celebrada dos años más tarde, defendió el papel de la fantasía en la literatura mediante la transición momentánea a "los otros mundos que hay en éste".

   Después de ocho años de silencio, publicó su última novela, 'Paraíso inhabitado' (2008), que se desarrolla poco antes de la Guerra Civil y narra la indefensión de la infancia en el mundo adulto a través de los ojos de una niña, Adriana, que escapa constantemente de la realidad que la rodea en busca de su propio universo.

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