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A sembrar lechugas

Desde que el Gobierno municipal mató el partido y López Gil se llevó a Cádiz a su guardia pretoriana...

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Que un Pleno municipal del Ayuntamiento de San Fernando sea interesante porque una concejala se haya marchado del partido con el que se presentó a las elecciones, no devuelva el acta de concejal  y la cambien de sitio da una idea de lo divertido que son los demás plenos municipales del Ayuntamiento de San Fernando. Y eso que el del viernes pasado correspondiente al mes de octubre tenía algo de chicha, que el resto del año es una moviola viendo siempre lo mismo y escuchando siempre lo mismo.

Pues aun así hay algunos concejales que andan peleando para que el Pleno municipal lo pongan por la tarde, como ya estuvo en sus tiempos. No se sabe si para que vaya más gente a ver lo que cuecen los capitulares o para no tener que madrugar, que más de uno lo agradecería, aunque el agradecido no se siente de la cuerda hacia dentro sino entre el público.

Sobre lo primero, para que vaya más gente, va a ser que no y las razones son diversas. Primero porque a los plenos siempre van los mismos, tanto en la Corporación como en el público -algunos de la Corporación cambian a los cuatro años, pero no muchos- y sólo hay un poco de color cuando la gente va a protestarle a los políticos, que llevan pancartas y todo y las levantan cuando se aprueba algo. 

Si tenemos en cuenta que en La Isla las protestas suelen tener un horario establecido de ocho de la mañana a tres de la tarde, por eso de la costumbre impuesta por Carlos III, lo de ponerlo por la tarde no va a procurar más audiencia a la cosa pública,  cosa que por otra parte sólo suele interesar a los que están metidos en política, bien porque los eligieron, los señalaron o directamente los enchufaron y tienen que guardar las formas.

Sí puede ser para que algunos capitulares no tengan que estar pidiendo permiso para asistir al Pleno, estando la situación laboral como está o sencillamente porque son lo suficientemente responsables con su empresa que al fin y al cabo es la  que le paga a fin de mes y lo otro es sólo un dinerito para un capricho. Que no viene mal.

Pero a lo que iba. El problema no es que pongan los plenos por la tarde, por la mañana o los días festivos -esto último impensable, porque los políticos celebran los  viernes hasta las fiestas institucionales que caen en sábado o domingo- sino llenar las Casas Consistoriales de contenido, que tiene menos que la caja de Navidad de la empresa.

¿Pero ustedes han visto que en La Isla haya pasado algo destacable fruto de la gestión municipal que no sean anuncios de lo que pasará o silencios de lo que quieren  que pase pero no pasa?

Si me he perdido algo, que me corrijan, pero aquí desde que el Gobierno municipal mató el partido y López Gil se llevó a Cádiz a su guardia pretoriana, a lo más que llegan los políticos es a proponer que siembren lechugas en los terrenos de Polvorines.  Y encima se pelean por la paternidad de la idea. ¡Que manda wuebos!

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