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Las religiosas franciscanas que gestionan la Residencia Universitaria Madre Teresa Rodón de Granada han renunciado hoy a retirar víveres del Banco de Alimentos tras denunciarse que daban comida procedente de la beneficencia a estudiantes que acogían y que les pagaban unos 600 euros mensuales.
La decisión de las monjas ha sido comunicada esta mañana por la superiora de la congregación al presidente del Banco de Alimentos de Granada, Antonio López, durante el encuentro que han mantenido ambos, según ha manifestado a éste último.
López ha señalado que la superiora ha admitido que con la residencia universitaria ejercen una actividad de tipo lucrativo, pero que en la orden también desarrollan otras actividades para las que necesitan disponer de otros recursos y que funcionan con una especie de "caja única".
El presidente del Banco de Alimentos ha señalado que las monjas han reconocido que esa vía de obtención de alimentos podría no ser la "adecuada" para hacer frente a sus carencias, con lo que cual le han anunciado su intención de no volver a retirar víveres de esa fundación.
De esta manera, las religiosas se han adelantado a la retirada de la licencia de la que disponían y que el Banco de Alimentos pretendía anular por no estar permitido, según sus estatutos, que las organizaciones o personas que se llevan comida de forma gratuita puedan lucrarse con la misma.
López ha señalado que lamenta los perjuicios que esta situación haya generado para la imagen del Banco de Alimentos, que a partir de ahora reforzará los controles y exigencias que se hacen sus beneficiarios.
Con esta renuncia de las monjas se confirmaría que las religiosas no utilizaban los alimentos para su propio consumo ni los destinaban a personas sin recursos, sino que obtenían lucro al cobrar a las estudiantes que acogen en su residencia y que ya les pagan por sus servicios