He vivido unos cuantos concursos de la cantera, algunos como presentador para la televisión local, otro como presidente del jurado, y este año como secretario. En contra de lo que hacen la mayoría de los familiares, me he visto las sesiones completas. Es desolador, que esos que tanto claman por una entrada, en el fondo solo quieren ver la actuación de los suyos y luego se van, dejando el teatro vacío.
Hay un claro paralelismo con el fútbol base. Mucha gente metiendo el veneno de la competición más que el de la convivencia. Los familiares tienen que dejar que ese día sea de los participantes. La verdad es que es difícil darle la vuelta a esto, y no debe cargarse la responsabilidad en el Ayuntamiento como organizador.
La solución viene por la concienciación de los familiares, aunque hay quien propone habilitar un local cercano, un espacio de convivencia, donde tengan que estar forzosamente los competidores sin que puedan entrar los padres mientras dura la función. Pero eso es coartar la libertad con más obligaciones.
Quizás, si en vez de obligar a estar, se sortearan entre los que si estuvieran, vales para ropa deportiva, asistencia a campamentos o viajes a Disney, conseguiríamos mejorar algo. Los niños concentrados viendo la función por la tele, sin los padres, que estarían en el Falla. El local podría ser el Centi, que está al lado y es espacioso, con salas grandes y jardines. La cantera sí se toca ¿Y si te toca ese otro premio?
