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Trump y Putin entre pillos imperialistas anda el juego

En estos momentos Trump y Putin, con la negociación sobre Ucrania pretenden reeditar el pacto de Ribbentrop-Mólotov o Pacto reparto de Polonia.1939

Publicado: 20/02/2025 ·
21:53
· Actualizado: 21/02/2025 · 11:17
Autor

Rafael Fenoy

Rafael Fenoy se define entrado en años, aunque, a pesar de ello, no deja de estar sorprendido cada día

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Articulo Trump y Putin entre pillos imperialistas anda el juego

 

Resuenan desgraciadamente los vientos prebélicos de los años 30 del siglo pasado. Con la recién creada Sociedad de Naciones, a finales de la gran guerra, el mundo transitó crédulamente confiando en la paz por los felices 20. El despertar de la barbarie fue brutal. Conviene tener presente toda la destrucción, genocidio y holocausto que sobrevino por la locura de lideres como Hitler y Stalin. En aquella ocasión todo comenzó por el afán expansionista de los Nazis: Primero en marzo de 1935 el territorio de la Cuenca del Sarre. Tres años después 1938 el estado Austriaco. En octubre de ese mismo año: Los sudestes, Bohemia, y Checoslovaquia. En marzo de 1939 Territorio de Memel (región de Klaipėda) perteneciente a Lituania. Y dos meses después el 1 de septiembre de 1939, Polonia. Desde esa fecha hasta en junio de 1941 (20 meses), Alemania consiguió apoderarse de la mayor parte de Europa: Dinamarca, Noruega, Bélgica, Holanda, Francia, Yugoslavia y Grecia. También pugnaba por conquistar Túnez, Libia y Egipto para controlar el Canal de Suez.


“Agua pasada no mueve molino”, pero en los humanos deja memoria. Las coordenadas geopolíticas de entonces eran diferentes a las actuales: El fervor pacifista, propiciado por las atrocidades y devastación de la primera guerra, así como el optimismo de una paz duradera, alentaban la no intervención de los países en conflictos de terceros. Las grandes alianzas de antaño no existían. Rusia y Estados Unidos se habían conformado con lo que ya tenían. La aparición de un loco nazi y su partido político canalizaba las ansias de revancha del ultranacionalismo alemán. El pueblo germano, humillado por el tratado vergonzante de Versalles (1919) y la ruina que produjo particularmente el crac financiero de 1929, vio en Hitler la respuesta a sus males.

En estos momentos muchos nuevos hitlers (Trump, Putín, Milei…) han ido emergiendo en un panorama que se presenta como multilateral, pero no tanto, ya que básicamente pueden distinguirse hasta 3 bloques. El primero y claramente definido EEUU, que se ha separado del llamado bloque occidental. El segundo la Unión Europea que comienza sorprendida a asumir un protagonismo como tal. El tercero los BRICS que contienen dos grandes economías: China y Rusia -además de países como Brasil, India, Sudáfrica y otros. Antaño el mundo estaba dividido entre Capitalistas y Comunistas. Que representaban básicamente Estados Unidos y Rusia. Dos grandes aparatos militares: OTAN y el Pacto de Varsovia. Cae el telón de acero, se disuelve la URSS y emergen un conjunto de países en la órbita de la Rusia todo poderosa. El Pacto de Varsovia también se clausuró. Sin embargo la OTAN sigue existiendo ¿Por qué? En estos momentos Trump y Putin, con la negoción sobre Ucrania pretenden reeditar el pacto de Ribbentrop-Mólotov o Pacto de no agresión nazi-soviético, por el que la Alemania Nazi y Rusia en agosto de 1939, se repartieron Polonia.

Trump acusa a Zelensky y consecuentemente a toda Ucrania, de haber comenzado la Guerra. De haberse empecinado los ucranianos en formar parte de la OTAN a pesar de que Putin, venía advirtiendo que eso no podía ser. Si los clarividentes EEUU hubieran advertido a Ucrania de que ella no permitiría que formara parte de la OTAN, ¿Hubiera Zelensky insistido tanto en que Ucrania formara parte de la Alianza del atlántico Norte (OTAN)? EEUU ha promovido el enfrentamiento con Putin ¿Por qué se alineó con Ucrania cuando fue invadida por Rusia.? ¿Alguien se acuerda de la invasión rusa del territorio fronterizo con Ucrania y de la península de Crimea en 2014? ¿Dónde estaba la diplomacia internacional? ¿Dónde estaban los EEUU? El 2 de noviembre 2024, un titular de prensa era premonitorio: Qué está en juego el 5 de noviembre: ¿seguirá siendo EEUU el líder del mundo libre? Si Donald Trump vuelve a la Casa Blanca, será celebrado por liberales como Viktor Orbán y autócratas como Vladimir Putin. Muchas preguntas que de momento no tienen respuestas porque la ruptura en todos frentes políticos y económicos ha sido brutal, inmediata y contundente. No hay vocabulario suficiente para calificar el amplio conjunto de barbaridades y brutalidades que el presidente, de uno de los países más poderosos de la tierra, ha generado y prometer acometer. El genocidio del pueblo gazatí y su intención de convertir la franja de gaza en un gran resort turístico. El ninguneo de la Unión Europea y sobre todo de la propia Ucrania en una pretendida negociación bilateral con la Rusia invasora. La pretensión de invadir, al más puro estilo imperialista: Groenlandia, Canadá, Panamá, con su canal, o la conquista de Marte para EEUU… En toda la historia reciente sólo emerge una figura que pueda compararse con Trump y esta figura llevó a su pueblo al paroxismo y con su fuerza llevaron al mundo al abismo. Adolf Hitler. Trump no es nadie sin el pueblo norteamericano.

Conocer la historia permite evitar caer en los errores del pasado. No se resolvió la crisis previa a la segunda guerra, ni tampoco a la primera, con un rearme. Parece evidente que lo primero es que la Unión Europea se aclare y pronto. Asuma que EEUU ha abandonado su tradicional papel y de socio amigo se ha convertido en un competidor con nada buenas intenciones. Esta crisis debe permitir a la UE desarrollar al menos dos aspectos esenciales: Aunar la política internacional y coordinar las capacidades defensivas, desarrollando dispositivos europeos que estén operativos prontamente. La estrategia pasa por conseguir la independencia tecnológica y energética. Por otro lado hay que dar la batalla diplomática y económica. Para ello es esencial estrujar hasta la última gota las posibilidades de una amplia coalición de naciones a través de la ONU. Se sabe que la debilidad de esta organización reside en que está mediatizada por el Consejo de Seguridad, donde 5 estados – Rusia, EEUU. China, Francia e Inglaterra- tienen derecho a veto. Las votaciones en el Consejo se rigen por el artículo 26 que el punto 3 concreta que: “Las decisiones del Consejo de Seguridad sobre todas las demás cuestiones serán tomadas por el voto afirmativo de nueve miembros, incluidos los votos afirmativos de todos los miembros permanentes; pero en las decisiones tomadas en virtud del Capítulo VI y del párrafo 3 del Artículo 52, la parte en una controversia se abstendrá de votar.” En el caso que nos ocupa Rusia y EEUU tendrían que abstenerse, así como Ucrania. El capítulo VI está dedicado al Arreglo pacífico de controversias. A Trump se le llena la boca de PAZ. Y el punto 3 del articulo 52 dice: “El Consejo de Seguridad promoverá el desarrollo del arreglo pacífico de las controversias de carácter local por medio de dichos acuerdos u organismos regionales, procediendo, bien a iniciativa de los Estados interesados, bien a instancia del Consejo de Seguridad.” La invasión de Ucrania sólo sería una parte de la controversia, ya que la otra parte la aporta Trump pretendiendo cerrar un acuerdo de “paz” con Putin. Imponer la cordura pasaría por llevar al Consejo de Seguridad la propuesta de que sea la ONU quien medie en el conflicto entre Rusia y Ucrania (y ahora EEUU). Algo de luz se vería al final del túnel. Si el mundo mundial calibrara las enormes posibilidades de entrar en una tercera guerra mundial, que se plantean en esta deriva iniciada por Trump, sin duda frenarían esta escalada. Es hora de un inmediato Alto el Fuego en Ucrania y Gaza. Se impone utilizar los mecanismos de arreglo pacifico de controversias. Y si algún gobierno se opone a ello se encontraría con el boicot económico y diplomático del resto del mundo. Cuando menos pinta la ONU se valora la imperiosa necesidad de su existencia y que desarrolle la carta de naciones unidas, aumentando la democracia interna y evitando el veto de ningún país con respeto al conjunto. De esta forma se conjuraría que los pillos imperialistas hagan su juego.

Fdo Rafael Fenoy

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