Todo comienza en 2021 cuando se firmaron los Fondos de Ordenación con dos años de carencia para la deuda municipal. Esta decisión nos llevó a afrontar, en septiembre de 2024, el vencimiento de un pago de diez millones de euros. Un problema de gran magnitud que exigía una solución inmediata y eficaz, pero también una visión estratégica de largo plazo.
En definitiva, lo dije en su día, desde que entramos a formar parte del equipo de Gobierno, dormía y me levantaba pensando en la deuda, en la manera de revertir una situación que lleva décadas enquistada y que suponía el principal escollo para nuestro desarrollo junto a la expropiación de los suelosDesde que estaba en la oposición sabía que este pago se avecinaba. Por ello, al asumir responsabilidades hace un año y medio, me puse a trabajar junto a mis compañeros de partido y el equipo de Hacienda. No se trataba solo de encontrar una solución puntual, sino de sentar las bases para una estabilidad financiera sostenible en el tiempo. El Ministerio nos planteó un plan de ajuste que nos permitía financiar esos diez millones, con la condición de presentar un plan de sostenibilidad creíble y de incrementar impuestos y tasas municipales.
Sin embargo, mi prioridad era evitar la subida del IBI para no afectar a los vecinos y vecinas. En su lugar, propusimos un conjunto de medidas de ahorro, como la optimización de contratos menores, el refuerzo de áreas clave como Fomento y Urbanismo, y la ampliación del convenio con la Diputación para mejorar la recaudación de impuestos, por ejemplo con inspecciones para que aquellas viviendas que no pagaban tasas de basura comenzasen a aportar al igual que el resto de vecinos. Gracias a estas estrategias, en un solo año logramos aumentar la recaudación en casi 900.000 euros sin perjudicar a la ciudadanía con una mayor carga impositiva en el IBI.
Tras presentar este plan progresivo de cuotas hasta 2050, el Ministerio lo aprobó y conseguimos unificar una deuda de 86 millones de euros con una cuota inicial en 2024 de 1,6 millones, ya abonada. Pero todavía quedaba por resolver la financiación de esos diez millones de euros, de los cuales tres millones eran inaplazables. Sin abonar esa cantidad, no podríamos negociar los otros siete millones.
En ese momento, comenzó una nueva fase de negociaciones. Acudimos a la Junta de Andalucía en busca de financiación, pero las administraciones no conceden préstamos para pagar deudas con la Seguridad Social y Hacienda. A pesar de nuestros intentos por obtener una excepción, el Ministerio nos denegó esta posibilidad. Logramos que el superávit de la PIE se destinara a pagar parte del inaplazable, pero el Ministerio lo descontó de la deuda global, dejándonos en la misma situación.
Volvemos a poner la maquinaria y me reúno con la presidenta de la Diputación y le expongo los gastos que tenemos en basura, en luz, en bomberos… le digo que necesito un plan para apoyar estos servicios básicos para que podamos ahorrar y así hacer frente al inaplazable con ese ahorro. Le explico las trabas que nos ponen desde el Ministerio y le digo que la única manera es que nos ayuden con los servicios básicos y con lo que nos ahorramos desde el Ayuntamiento abonar el inaplazable. Un plan también para mejorar el pago a proveedores que estaba disparado en días. Un plan que reconozca la singularidad de nuestro pueblo.
Y ese, brevemente, ha sido el recorrido para lograr este hito histórico. Detrás hay mucho trabajo y muchas negociaciones y muchas trabas. Por ejemplo, para evitar que se perdiese ese dinero al llegar al Ayuntamiento que trabaja con caja única, pedí a la presidenta de la Diputación, Almudena Martínez, y al vicepresidente, Juancho Ortiz, que nos dieran apoyo técnico, un interventor habilitado que nos saneasen las cuentas, que estuviese pendiente del plan, que estuviese pendiente de los pagos y necesito que presente toda la documentación al Ministerio porque era la única forma de que nos den por válidos y que sepan que somos creíbles y que hemos cambiado.
Es importante recalcar que los Fondos de Ordenación solo cubrieron 63 millones de euros de una deuda total de 67 millones, dejando cinco millones fuera del acuerdo. Por ello, la negociación incluyó 86 millones de euros en un préstamo al 0% de interés. De no haber logrado esta solución, Barbate habría entrado en quiebra.
Detrás de este hito histórico hay un enorme trabajo de negociación y gestión. No se trata de una solución mágica ni inmediata, sino de la construcción de unas bases sólidas para el futuro de Barbate. La situación económica del Ayuntamiento ha sido un desastre durante décadas, y revertir esta realidad requiere tiempo, esfuerzo y compromiso. Se ha trabajado con planificación, seriedad y una estrategia clara que prioriza el bienestar de Barbate y de su gente por encima de cualquier otra consideración.
Desde el primer día, mi prioridad ha sido la gestión seria y responsable, por encima de ideologías y partidos. El pueblo de Barbate no necesita luchas políticas estériles, sino soluciones concretas. Esta ha sido solo el primer paso, pero con trabajo constante y responsabilidad, lograremos cimentar un futuro digno para nuestra localidad.
Este logro no hubiera sido posible sin la dedicación incansable de todo un equipo que, con esfuerzo y determinación, ha conseguido encauzar la economía municipal. Insisto, la clave es la gestión y el compromiso inquebrantable con Barbate. El camino es largo, pero el compromiso es firme. Barbate lo merece y lo lograremos con trabajo constante, eficiente y con una visión clara de futuro.
En definitiva, lo dije en su día, desde que entramos a formar parte del equipo de Gobierno, dormía y me levantaba pensando en la deuda, en la manera de revertir una situación que lleva décadas enquistada y que suponía el principal escollo para nuestro desarrollo junto a la expropiación de los suelos de la Sierra del Retín. Sabía que era complicado pero sabía que lo importante era gestión y trabajo. Y desde el primer día dije que nuestro fuerte es la gestión y lo que necesitaba Barbate era gestión, así que confiaba en que poco a poco, ese día llegaría. Aún queda muchísimo trabajo por hacer, pero era necesario sentar las bases sobre las que construir el futuro del pueblo. Sin esos cimientos, todo eran parches sobre parches. Esta gestión es vital y de suma importancia aunque los resultados tardarán en visualizarse porque la situación económica de nuestro Ayuntamiento, como todo el mundo sabe, lleva décadas siendo un desastre. Hay que ir paso a paso, y al pueblo de Barbate, a sus vecinos y vecinas, solo les puedo decir que mi intención y la de mi partido es ir dando todos y cada uno de esos pasos, sin saltarnos ninguno, con el objetivo de cimentar el presente desde el que Barbate construya el futuro que merece.
Insisto, no debemos tirar las campanas al vuelo, queda muchísimo por hacer. Es un hito importante, pero hay que seguir trabajando para consolidarnos y para cumplir con los compromisos adquiridos. Por mi parte no va a quedar… Seriedad, trabajo y gestión es a lo que me comprometí y es a lo que me comprometo porque tengo claro que por encima de las siglas, de los partidos, mi principal reto, por el que me dejo y me dejaré la piel, es Barbate.
Lo dije cuando estaba en la oposición y lo repito ahora, este pueblo no necesita de luchas partidistas, ni golpes de pecho para con las propias siglas, lo que necesita es gestión, gestión y más gestión, lo que necesita es gente que anteponga Barbate a cualquier otra ambición. Ahora quizás no se vea, pero si cumplimos con nuestras obligaciones, nos daremos cuenta de que hoy se ha colocado la primera piedra para garantizar el futuro de este municipio. Un pueblo que tenía y tiene problemas de base, problemas estructurales, a los que había y hay que darles solución. Problemas surgidos hace más de cuarenta años. Problemas estructurales a los que les buscaba soluciones coyunturales. Problemas que han sido piedras, rocas, en el camino de nuestro desarrollo y que por fin se están afrontando con la seriedad que requerían.