Tomás Ladrón de Guevara y José Antonio López, los dos marineros de Barbate que fallecieron en 1973 al naufragar el buque Domenech de Varo en aguas de Lanzarote, recibieron este sábado 15 de febrero un homenaje en su localidad.
La Lonja Vieja de esta localidad gaditana acogió desde las 11:00 horas este homenaje, en el que también se recordó al resto de la tripulación que perdió la vida en este trágico accidente en el mar, en una ceremonia impulsada por el Ayuntamiento de Barbate.
Los restos de estos dos marinos fueron identificados y entregados a sus familias recientemente. En noviembre de 2024, el alcalde de Barbate, Miguel Molina, confirmó que sus restos descansaban en nichos anónimos del cementerio de San Román en Arrecife, en la isla canaria de Tenerife. Sobre esto, manifestó que "encontrar y localizar los cuerpos de gran parte de ellos fue una gran alegría y, sobre todo, un descanso para sus familiares".
Este homenaje fue "un acto de justicia y memoria hacia nuestros marineros, que dejaron un legado de esfuerzo y sacrificio", además de trasladar a las familias "el apoyo de todo Barbate y que nunca se olviden estas historias que forman parte de nuestra identidad y de la historia de nuestro pueblo".
El naufragio del Domenech de Varo ocurrió el 6 de febrero de 1973, cuando el pesquero se dirigió a los caladeros de la costa atlántica norteafricana tras haber salido de El Puerto de Santa María (Cádiz) y hacer escala en Ceuta para repostar. De los 12 marineros que iban a bordo, solo dos sobrevivieron y, de los otros diez, dos cuerpos fueron identificados y ocho se dieron por perdidos en el mar, como se indicó en un primer momento.
No obstante, una investigación posterior realizada por uno de los hijos de los desaparecidos en colaboración con la Asociación por la Memoria Histórica y Pesquera de Lanzarote descubrió que la información que se trasladó a la península era "inexacta" y que, de los diez tripulantes fallecidos, se habían recuperado ocho cuerpos, tres de los cuales fueron identificados y otros cinco no se pudieron identificar. Estos cinco cuerpos estaban "enterrados y sin identificar en Arrecife", siendo dos de ellos los marinos barbateños, como se pudo constatar el año pasado.