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Andalucía

Semana 1 del juicio a Rubiales: un firme "no lo aprobé" y un juez que da la sorpresa

Jugadoras, familiares, exdirectivos y actuales responsables del mundo del fútbol han pasado por la Audiencia Nacional para contar lo que vieron y vivieron

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  • Luis Rubiales. -

La primera semana del juicio al expresidente de la Federación de Fútbol Luis Rubiales ha dejado el firme relato en primera persona de Jenni Hermoso y su rechazo al beso que le dio su "jefe" tras el Mundial de 2023, y ha contado con intervenciones, tan inesperadas como contundentes, de un juez que ha dado la sorpresa.

Jugadoras, familiares, exdirectivos y actuales responsables del mundo del fútbol han pasado por la Audiencia Nacional para contar lo que vieron y vivieron sobre aquel episodio, que acabó provocando la salida de Rubiales de la Federación tras un aluvión de críticas, pero también sobre los momentos posteriores en los que se trató de atajar la situación.

Testimonio a testimonio se ha ido reviviendo lo sucedido tras el primer triunfo de la Selección femenina de un Mundial, un éxito que Jenni Hermoso considera que le "mancharon". Mientras, Rubiales, sentado a la izquierda de su abogada, con quien intercambia opiniones durante los interrogatorios, espera su turno para defenderse, la semana que viene, de los delitos de agresión sexual y coacciones.

Estas son las claves que ha dejado la primera semana de un juicio que también se dirige contra el entrenador Jorge Vilda y los exdirectivos federativos Albert Luque y Rubén Rivera:

Del "no lo aprobé" a la imagen de 'buena víctima'

Durante más de dos horas se sentó Jenni Hermoso ante el juez y, con tono firme, desgranó lo vivido aquellos días: el beso, las "incontables" peticiones para decir que consintió y quitar a Rubiales el "mayor marrón de su vida", y lo "absolutamente sola" y desprotegida que se sintió por parte de la Federación.

"No lo aprobé", afirmó sobre el beso que le dio su "jefe" agarrando sus orejas tras la final, sin percibir que se lo pidiese, aunque -dijo- tampoco lo habría aceptado. "Sabía que me estaba besando mi jefe y esto no ocurre ni debe ocurrir en ningún ámbito laboral o social", añadió mientras un Rubiales algo incómodo negaba con la cabeza.

Y trató de atajar, derribando el mito de la 'buena víctima', preguntas que cuestionaban su reacción o comentarios sobre lo ocurrido en momentos de celebración con sus compañeras: "Mi actitud de cómo esté no quita lo que yo siento. No tengo ni que estar llorando en una habitación ni haberme tirado al suelo cuando pasó el acto para dar a entender que eso no me gustó".

También su hermano fue cuestionado por las defensas y reconoció que mintió al restar importancia a lo sucedido para "proteger" a su hermana y para que, como ella había pedido, el foco estuviese en el triunfo y no en la actuación de Rubiales.

Un juez con la paciencia al límite ante acusaciones y testigos

El juez José Manuel Fernández-Prieto, hasta ahora titular discreto del Juzgado Central de lo Penal, se ha convertido, seguramente sin quererlo, en uno de los protagonistas del juicio por sus cortantes interrupciones, sobre todo a la fiscal Marta Durántez, pero también a algún que otro testigo algo díscolo.

Sus intervenciones tratando de reconducir el juicio son ya habituales y han revolucionado las redes sociales.

Ha sucedido con el entrenador Luis de la Fuente, a quien le recordó que "uno no elige de lo que va a hablar", sino que habla de lo que se le pregunta; o con un desafiante Pablo García Cuervo, exjefe de Comunicación de la Federación, a quien le dejó claro, tras un golpe en la mesa, que quería saber las cosas "con claridad, no con chulería".

Pero también con la fiscal, impotente a veces porque no puede exponer las contradicciones observadas en varios testigos a los que, según el juez, no se está juzgando. Fue sonado el "queréllese" del juez con Luis de la Fuente, de cuya declaración dudó la fiscal; y son ya frecuentes sus "continúemos" intentando que el juicio avance.

Compañeras y familiares confirman presiones

Tanto las jugadoras Alexia Putellas, Irene Paredes, Misa Rodríguez y Laia Codina, como familiares y amigos de Jenni Hermoso han respaldado su versión sobre las presiones que sufrió después del partido y en los días siguientes para que dijese públicamente que consintió.

Fruto de esas presiones, sus compañeras la vieron "triste", "no tenía ganas de disfrutar" -"no estaba", "no era Jenni", dijo Putellas-.

Pero no todos los testimonios han ido en la misma línea. Si Putellas dijo ver que en el avión pidieron a Hermoso -sin precisar quién- hablar con Rubiales, su jefe de gabinete, José María Timón, negó haberlo presenciado.

Tampoco fue consciente Timón de que la tensión en el avión fuese aumentando, como De la Fuente, que se dedicó a descansar tras muchas horas sin dormir. Aunque no así la directora de fútbol femenino, Ana Álvarez, que vio "idas y venidas", o el exresponsable de fútbol femenino Rafael del Amo, crítico con Rubiales, que aludió a que se intentó "insistir a Jenni" o a su entorno.

Ese entorno fue, por ejemplo, el hermano de la futbolista, quien declaró que Jorge Vilda se acercó a hablar con él en el avión para que convenciese a su hermana para restar importancia a lo ocurrido, y le advirtió de las "consecuencias" profesionales y personales que "todo esto" podría traer para ella, a quien le quedaba "poco fútbol".

Algo parecido refirió una amiga de Hermoso que la acompañó a Ibiza y habló con Albert Luque para intentar que la dejasen tranquila. Este, dijo, llegó a sugerirle "Luis devuelve muy bien los favores" y a decirle que no les faltaría trabajo. "Me pareció venderle mi alma al diablo", añadió.

Otros testimonios han sido contrarios a la jugadora, como el del exdirectivo García Cuervo, quien la culpó de su cese, la acusó de contradicciones y afirmó que ella dio el "ok" a un comunicado en el que restaba importancia al beso, pero dijo que no volvió a preguntarle de ese tema por si cambiaba de opinión.

El polémico 'gabinete de crisis' del 23 de agosto

Muy sonada ha sido la larga reunión del 23 de agosto, tres días después del beso, en el despacho de Rubiales, a la que se ha aludido alguna vez como "gabinete de crisis", y de la que ha habido distintas versiones.

Patricia Pérez, responsable de prensa de la Selección femenina, la calificó de "encerrona" para que cambiase, por sugerencia de Rubiales, algunas de sus respuestas en un informe interno de la Federación que se cerró sin consecuencias para él, y sitúo en ella, además de al círculo de confianza del expresidente, a Luis de la Fuente.

De la Fuente lo negó y dijo que aquel día fue a reunirse con Rubiales, en una sala anexa, para hablar de fútbol, pero su versión despertó las dudas de la fiscal, que advirtió de que existe el "falso testimonio", algo que valorará al final del juicio.

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