Nadie les va a callar, pues son rebeldes en una reunión clandestina para hacer frente a una Dictadura criminal. Este es el concepto que defiende sobre las tablas la comparsa de Morón, tal y como explican en una sobria presentación. La historia de su abuelo, que resulta ser uno de los represaliados del Franquismo, protagoniza el primer pasodoble. Aún hoy le siguen buscando en una cuneta. Muy largo el pasodoble en cuanto a música. La segunda letra la dedican a una enfermedad rara. Alegría moderada a continuación en los cuplés. El primero para la poca gracia de esta pieza en las comparsas, y por eso piden ayuda a Chat GPT. Segundo para su tipo. Olvidable tanda. Los problemas de ejecución empañan su paso por las tablas.
Lo mejor El trasfondo histórico que envuelve la idea
Lo peor Los excesos del grupo, especialmente en el popurrí