Este año nos hemos portado muy bien. Nuestros jugadores y jugadoras han trabajado muy duro durante los 366 días de este año, tanto en pista como en playa. Han tenido el honor de levantar bastantes títulos. Nuestros jugadores y jugadoras están brillando con luz propia, tanto en nuestra provincia como a nivel autonómico e incluso tenemos representación a nivel nacional.
Me encantaría escribiros para pediros otras cosas, pero parece ser que necesitamos un milagro para que nuestras plegarias se escuchen por fin, pues llevamos más de 20 años solicitándolo. Siempre les decimos a todos nuestros niños y niñas que no se deben decir mentiras, que sus majestades les escucháis y los veis, pero parece ser que para los políticos y políticas de nuestro ayuntamiento eso no sirve, ya que solo saben decir mentiras y engañar a la ciudadanía con falsas promesas, echando balones fuera. ¡No veáis cómo de rápido aprenden a fintar una vez que agarran el sillón!
Qué despiste, sus majestades, que aún no he dicho de dónde somos. Os escribo como exjugadora del club de balonmano de mi pueblo, del cual tuve el placer de formar parte en mi etapa de infantil y juvenil. Tras 20 años de aquellos maravillosos años con mis “shishis marishishis”, siguen en las mismas andadas, mocho en mano.
Aún me recuerdo yendo a los diferentes pabellones de nuestros pueblos vecinos, flipando con todo lo que les rodeaba y la suerte que tenían al poder disfrutarlos. Mientras, nosotros, si llovía, teníamos que sacar las mopas y ponernos a quitar el agua. Si hacía mucho calor, exactamente igual, pues la condensación hace humedades, y ya sabéis que el agua siempre cae hacia abajo (esto lo explicaron en primaria).
Ah, y en caso de que esto no funcionase, debíamos suspender los partidos (con todo lo que conllevaba). Qué triste, ¿verdad?
El polideportivo de nuestro pueblo, queridas majestades, siempre ha tenido a “su niño bonito”: el fútbol. La gran mayoría de las subvenciones van destinadas ahí. La próxima subvención, también.
Luego estamos todos los demás clubes intentando sobrevivir a base de autonomía económica, familiares dejándose la piel, equipos directivos que funcionan a la perfección, patrocinadores al pie del cañón… Y nuestros gobernantes, en vez de protegernos, nos dejan a la intemperie con un techo en pésimas condiciones, sin agua caliente, la “solución” de los ventiladores apagados, gradas que dan pena, el techo de los pasillos al descubierto... Y así llevamos año tras año.
Nuestros clubes lo forman más de 250 jugadores y jugadoras que llevan el nombre de nuestro pueblo por bandera a lo largo de toda Andalucía y toda España, para que luego, cuando haya que entrenar, lo maltraten de esa forma. Porque, ¿para qué nos sirve una foto institucional, si luego nos dan la espalda?
Queridos Melchor, Gaspar y Baltasar, escuchar lo mismo una y otra vez cansa, sobre todo si no viene acompañado de una solución. Solo pedimos un techo donde poder entrenar y jugar.
A todas aquellas personas que han formado parte de mi etapa en el club, gracias por no abandonarlo nunca y por llevarlo “en volandas” para que todo funcione, pero sobre todo, para que toda la juventud de nuestro pueblo tenga un sentido de pertenencia a un club que lleva cosechando triunfos más de veinte años.
Al 2025 le pedimos un techo. No queremos parches, no queremos chapuzas. Queremos un techo. No es muy difícil de entender.
¡Felices fiestas a tod@s!