Sin embargo, y aplicando el dicho de que después de la tormenta viene la calma, eran pocos los que imaginaban que una tromba de agua en pleno mes de agosto iba a seguir engrosando el listado de daños del catastrófico 2010. Además de la terrible pérdida de vidas humanas, que nos tocó muy de cerca y que sentimos como propias, la consecuencia directa de la crecida del río Cabra fue el derrumbe de parte del puente situado en el punto kilómetrico 30,000 de la carretera autonómica A-379 que une Puente Genil con Santaella, lo que en la práctica supuso el cierre al tráfico de una vía que, lejos de lo que pudiera pensarse, es muy transitada y facilita una conexión directa entre Puente Genil y los municipios situados en la zona suroeste y oeste de la provincia de Córdoba.
No obstante, y pese a que todos pensábamos que las obras iban a iniciarse con la celeridad que vimos en la Cuesta del Molino, el paso del tiempo nos ha demostrado todo lo contrario, lo que no ha hecho más que colmar la paciencia tanto de quienes tienen que transitar a diario entre ambas poblaciones como de aquellos que utilizan esta carretera como lugar de paso obligado en sus desplazamientos a otras localidades. Por si fuera poco, la carretera de servicio del Canal de Riego Genil-Cabra, cuya titularidad corresponde a la Comunidad de Regantes, se ha convertido en la principal alternativa para eludir el problema generado por el corte del puente, una circunstancia que también ha provocado no pocas críticas y quejas entre los integrantes de este colectivo, pues obviamente esta carretera no cuenta con la señalización adecuada ni se encuentra en las mejores condiciones para asumir todo el volumen de tráfico que actualmente soporta.
En fin, esperemos que con el reciente inicio de las obras, las cosas mejoren a pasos agigantados y dentro de escasamente unas semanas todo pueda volver a la normalidad.