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Adoquines

Está en boca de todos. El hundimiento de los adoquines de la Matallana, los posteriores arreglos, la aparición de nuevos desperfectos, y ahora... las catas científicas y las pruebas de laboratorio. Todo parece formar parte de un guión extraño, desconocido, que no acaba de arrojar...

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Está en boca de todos. El hundimiento de los adoquines de la Matallana, los posteriores arreglos, la aparición de nuevos desperfectos, y ahora... las catas científicas y las pruebas de laboratorio. Todo parece formar parte de un guión extraño, desconocido, que no acaba de arrojar conclusiones claras y que tiene a más de un ciudadano con la mosca tras la oreja.
Esta semana, y dentro del capítulo de explicaciones que los partidos de la oposición piden periódicamente al equipo de Gobierno sobre este tema, nos ha llamado la atención la aparición de un informe municipal, firmado por la gerente y uno de los aparejadores de Sodepo, en el que se arroja luz sobre el proceso que se siguió para la colocación del firme de la avenida.
Curiosamente, el documento, más que aclarar, lo que hace es crear nuevas interrogantes, porque en el mismo se hace constar que el adoquinado inicialmente previsto se cambió hasta en dos ocasiones, y que finalmente, se optó por colocar unos adoquines más caros, que respondían a unas características específicas, y que no han dado los resultados estéticos y útiles que todos esperábamos.
Sin embargo, el verdadero problema de la Matallana no ha estado ni en el tamaño de los adoquines ni en lo que costaron, el gran error ha sido dar a la Matallana un uso completamente distinto al que se concebió inicialmente en el proyecto, es decir, si la remodelación planteaba que la avenida fuese semipeatonal, no se acaba de entender como ha estado abierta a la circulación de centenares de vehículos, muchos de ellos camiones pesados, que la han atravesado a diario. De hecho, visto lo visto, si se hubiera optado por priorizar el tránsito de vehículos por la avenida, lo ideal hubiera sido la colocación de un firme de las características que hemos visto en otras calles, como Luna o Sol, donde el resultado que está dando el adoquinado está siendo excelente.
El caso es que las constantes intervenciones realizadas a lo largo de los últimos tiempos sobre el firme de la avenida más importante de la ciudad, no han hecho más que generar numerosas críticas entre los vecinos y más de un quebradero de cabeza a los técnicos. Confiemos en que una vez resueltas las dudas, el arreglo que se de a la Matallana sea definitivo, y la avenida pueda lucir en todo su esplendor con el aspecto elegante que corresponde a una arteria clave en el eje urbanístico de nuestra ciudad.

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