Las compañías tienen aún un amplio camino por recorrer en su firme apuesta por la sostenibilidad. Si bien es cierto que ha mejorado la percepción sobre la necesidad de adoptar medidas que vayan en esta línea, queda todavía un gran margen para que las empresas españolas ejecuten acciones cuantificables que vayan en línea con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), según señala el Instituto Coordenadas.
Dice que, precisamente, sectores como el de la agroalimentación, así como el transporte, son algunas de las actividades estratégicas para la economía que todavía tienen recorrido para acelerar sus prácticas hacia una transición verde, según señala el Instituto Coordenadas.
“En el caso de la agroalimentación, con un tercio de la emisión de los gases de efecto invernadero, consume alrededor del 70% de las extracciones mundiales de agua dulce y hasta un 31% de los alimentos producidos se pierde o se desperdicia a lo largo de la cadena de suministro, de acuerdo con un informe de Climate Bonds”, explica.
Por su parte, la industria del transporte y la logística como responsable del 25% de las emisiones globales de CO2, según la ONU, es una de la más expuestas al calentamiento global, y llama la atención que en el caso de España, el 50% de las empresas no hayan implementado aún políticas tecnológicas y de innovación en materia de sostenibilidad y que contribuyan a los ODS.
En este sentido, dentro del sector del transporte, las ramas de la automoción y material de automóviles (con algunas excepciones como es el caso de Volvo), son algunas de las actividades más rezagadas a la hora aplicar políticas concretas de sostenibilidad que prioricen los ODS y junto con los servicios profesiones, el textil, lencería y calzado, son los sectores que deberían agilizar sus planes en esta materia, según se desprende un estudio de la Red Española del Pacto Mundial de Naciones Unidas, que sostiene que un 32% de las empresas no dispone de una estrategia de sostenibilidad y no existen planes específicos en este ámbito.
Otras industrias como la química juegan en este sentido un papel muy relevante a la hora de aportar soluciones innovadoras para que el resto de sectores puedan afrontar nuevos desafíos ligados con el desarrollo sostenible, la descarbonización y la mejora medioambiental, según el Instituto Coordenadas.
En esta dirección, el Instituto Coordenadas indica que la legislación vigente en el ámbito de la sostenibilidad ya obliga a las empresas a acelerar sus planes para avanzar hacia una transición sostenible. Actualmente, existen regulaciones de sostenibilidad empresarial que incluyen aspectos financieros, sociales, de gobernanza, medioambientales y de cambio climático como la Ley española 7/2021, el Reglamento de la UE 2020/852 o la Directiva de la UE 2022/2464, que, en líneas generales, obligan a las empresas a rendir cuentas sobre el impacto económico generado de la actividad relacionada con la sostenibilidad. También se está preparando un reglamento a nivel europeo sobre los bonos verdes para homogeneizar su uso en toda la UE.
El vicepresidente ejecutivo del Instituto Coordenadas, Jesús Sánchez Lambás, asegura que “en un mundo marcado por los desafíos ambientales y sociales, las empresas deben comprometerse con la sostenibilidad para lograr el éxito. Esto implica adoptar prácticas sostenibles que beneficien al medio ambiente y generen beneficios económicos a largo plazo. Es esencial que las empresas reciban asesoramiento y formación especializada para llevar a cabo esta transición y tomar buenas decisiones en términos de gestión ambiental, responsabilidad social y gobernanza corporativa”.
El Instituto Coordenadas señala la necesidad de contar con buenos partners en materia de sostenibilidad para implementar iniciativas en esta línea, ya sea con perfiles expertos internos en la compañía o bien a través de servicios de atención personalizada como los que ofrecen empresas como CaixaBank, con un grupo de 150 asesores especializados, siendo una medida pionera dentro de la banca, o de consultoras que ofrecen asistencia focalizada en este ámbito como Deloitte, que pueden ser decisivos en el acompañamiento de muchas empresas en este proceso de transición.
SOSTENIBILIDAD Y RENTABILIDAD
“Lo que está claro es que hay una relación entre resultados económicos y sostenibilidad. Hay estudios que demuestran que las empresas que han apostado por aplicar prácticas sostenibles en su actividad han tenido un impacto positivo en la cuenta de resultados, algo que también se ha notado mayoritariamente en el hecho de obtener ventajas competitivas respecto a otras empresas. Así lo confirman, por ejemplo, un informe de Harvard Business School que sostiene que aquellas empresas que mejoraron en criterios materiales ESG, superaron significativamente a sus competidores”, añade el Instituto Coordenadas.
En esta línea, dice que se estima que las empresas que han apostado fuertemente por la sostenibilidad han aumentado en un 11% sus resultados económicos en comparación con la competencia, lo que ha supuesto una mejora en las relaciones con los grupos de interés, según un estudio de Deloitte.
Otros estudios apuntan en la misma dirección como uno de Brain & Company y EcoVadis, que analiza la aplicación de criterios ESG en la actividad de 100.000 empresas.
En él se revela que las compañías que aplican una estrategia de sostenibilidad, apostando por aspectos como la diversidad e inclusión, la satisfacción de la plantilla, el uso de energías renovables o la gestión responsable de proveedores, conseguían un aumento del beneficio bruto entre un 9% y un 16%, así como un aumento en la facturación entre un 2% y 5%. El Instituto Coordenadas asegura que ha verificado como crece el valor reputacional de las empresas cumpliendo parámetros serios de ESG.
PRIORIZACIÓN Y EVALUACIÓN DE LOS ODS
Expone que la priorización y la evaluación de los ODS es un elemento clave para medir los impactos de una buena política de sostenibilidad, ya que de poco sirve solamente trasladar al lenguaje de la Agenda 2030 las principales acciones medioambientales y sociales que ya venían realizando las empresas.
En consecuencia, asegura que es clave establecer tanto políticas de sostenibilidad, como trazar medidas concretas en este campo, para determinar si las acciones empresariales han repercutido de forma positiva en la sociedad y en el planeta, según apunta el Instituto de Coordenadas y el informe sobre la Agenda 2030. Es un esfuerzo económico y organizativo que haciéndolo de forma sostenida se convierte en una sólida inversión. Ya son muy frecuentes en las grandes operaciones, especialmente en el sector EPC, donde el demandante de los servicios y trabajos quiera examinar la organización de sostenibilidad del socio al que van a encargar los trabajos y en no pocas veces este elemento es decisivo para la adjudicación.
No obstante, de los resultados disponibles en la actualidad, las medidas vinculadas con la conciliación laboral y flexibilidad horaria, la igualdad y el teletrabajo, son las más implantadas por parte de las empresas en materia de sostenibilidad, seguido de la apuesta por la digitalización, los procesos de economía circular y utilización de energías renovables, así como los programas para promover la salud y bienestar dentro de la plantilla y la protección de los derechos humanos, entre otros. Asimismo, con respecto a los ODS más trabajados, se encuentran el de la igualdad de género (ODS 5) y el trabajo decente (ODS 8), mientras que experimentan un fuerte aumento son los vinculados con la producción y consumo responsable (ODS 12) y de energía asequible y no contaminante (ODS 7), siendo los sectores pertenecientes al ramo de las utilities y energía, los servicios financieros, industria farmacéutica y sanitaria, los más avanzados en aplicar políticas de sostenibilidad ligadas a los ODS, concluye el Instituto Coordenadas.