El técnico del Cádiz CF, Hristo Vidakovic, lamentaba la situación: “Yo lo siento mucho por el Puerto Real, pero jugar este partido era demasiado arriesgado y si tomábamos la decisión de jugar se podría lesionar algún futbolista. Lo hemos pensado mucho, pero creo que hemos tomado una decisión lógica”. El serbio insistía en que “el campo es impracticable. Nosotros hemos venido a jugar y nos han dicho que se les ha estropeado la máquina cortacésped. Esto no es culpa de nadie, pero nosotros no podíamos aceptar jugar en estas condiciones”.
Octavo compromiso
El choque iba a ser el octavo compromiso de pretemporada para los hombres de Hristo Vidakovic tras medirse a un combinado de Rota, Chiclana CF, Atlético Sanluqueño, Atlético de Madrid, Sevilla FC, ambos en el Trofeo Carranza, Arcos CF y el triangular del Trofeo Ciudad de El Puerto ante Portuense y San Fernando. El encuentro quedó cancelado por el cuerpo técnico cadista para evitar lesiones por el estado del césped.
Tras la suspensión, y teniendo en cuenta que si se hubiese jugado el Cádiz tendría día de descanso, Vidakovic convocaba doble sesión de entrenamiento para hoy en las instalaciones de El Rosal. Minutos después de haberse suspendido el partido, los jugadores cadistas, miembros del cuerpo técnico y demás componentes de la expedición, se marcharon para sus respectivos domicilios en sus coches particulares. Mientras, los jugadores del Puerto Real se quedaron ejercitándose sobre el césped del Sancho Dávila.
El presidente del Puerto Real respeta la decisión pero no la comparte
El presidente del Puerto Real, Antonio Bohórquez, no se las traía mucho consigo, ya que no compartía la decisión tomada por el Cádiz CF, en este caso según el máximo mandatario del conjunto puertorrealeño, por su entrenador Hristo Vidakovic, quien fue el que determinó que no se jugase el encuentro programado por ambas entidades en el estadio Sancho Dávila.
“El entrenador del Cádiz vio el terreno de juego y dijo que no se jugaba. La verdad que el césped está un poco alto por algunas zonas del terreno, teniendo en cuenta que hemos tenido problemas con la máquina cortacésped, pero ellos se van a encontrar con campos como éste e incluso en peores circunstancias en Segunda B”, matizaba el presidente puertorrealeño.
Estaba algo molesto pero no dejaba de ser realista: “Si ellos no han querido jugar lo comprendo, pero no lo comparto. Los árbitros también dijeron que sí, que se podía jugar, pero se respetó la postura del Cádiz en todo momento”.