Un jurado popular ha declarado en la Audiencia Provincial de Almería no culpable al acusado de degollar con un cuchillo a un hombre y dejarlo morir desangrado en una calle del barrio de Pescadería de la capital almeriense.
El jurado ha leído esta mañana su veredicto ante el acusado en una sesión presidida por la magistrada de la Sección Segunda, Soledad Jiménez de Cisneros, en el que por mayoría de siete a dos votos no ha quedado probado que fuese él el que matase a la víctima.
Como elementos de convicción han valorado la declaración de la sobrina del acusado, quien aseguró que había pasado toda la tarde con ella ayudando a trasladar unos muebles de cocina, que luego se sentaron en la puerta de su casa y estuvieron allí hasta las tres de la mañana "sin separarse".
También han aceptado la versión de un amigo que corroboró este traslado de muebles, que concluyó sobre las once y media de la noche, momento en el que, según este testigo, el acusado se quedó en la puerta de su casa.
Asimismo, han subrayado que el hombre está enfermo -el acusado apuntó durante la vista que sufre una esquizofrenia- y que su familia no le deja salir por la noche.
No han dado por válida, por el contrario, la declaración del testigo protegido, quien manifestó que vio al autor de los hechos con una gorra oscura y una chaqueta oscura. Han indicado que aunque en la vivienda del acusado se localizaron dos prendas similares a las descritas, éstas no tenían sangre, como tampoco la presentaba un cuchillo localizado por la Policía.
Además, han resaltado que este testigo afirmó haber presenciado cómo el autor del crimen salía corriendo tras cometerlo, mientras que la Policía aseguró que éste se encontraba entre un "grupo de curiosos" y emprendió la carrera cuando los vio.
Han aseverado también que no se ha demostrado el móvil del crimen y que se desconoce la relación del acusado con la víctima, en cuyas uñas no fue encontrado el perfil genético del presunto agresor. Así, concluyen que el cadáver presenta cuatro puñaladas en el tórax pero que no ha quedado acreditado que fuese el acusado el que las propinase.
El Ministerio Público había pedido 19 años por un delito de asesinato, asegurando que sobre las tres de la madrugada del 4 de septiembre del 2019, el acusado habría obligado a la víctima a sentarse en el suelo en la calle Bergantín del barrio de Pescadería tras agarrarlo del cabello, apuñalándolo al menos cinco veces en el tórax, tras lo que le habría cortado el cuello con la misma arma, sin que el agredido pudiese defenderse "en ningún momento".
El agredido quedó tendido en el suelo, donde falleció por un choque mixto hipovolémico y respiratorio unos veinte minutos después del ataque.