El máximo representante de la patronal de la construcción en la provincia de Cádiz, Jorge Fernández-Portillo, se muestra preocupado por el fuerte incremento del acero, el cemento o la madera, que está disparando costes, porque podría refrenar la fulgurante recuperación del sector, que crea empleo y empresas en plena crisis, tal y como ha quedado demostrado esta semana, durante la celebración de Expoconstruye. La feria, organizada por FAEC, ha reunido a los principales agentes de la construcción en Jerez alrededor de la sostenibilidad, la rehabilitación y la indsutrialización de la actividad.
El sector de la construcción ha soportado bien la crisis.
–No podemos negar que el sector de la construcción está en estos momentos en una situación que probablemente envidiarían otros. Hay que ser honestos. En el contexto de recuperación de un país como España, en esta provincia, después del parón a consecuencia de la crisis sanitaria, hay que reconocer que la construcción viene creando empleo y empresas desde hace meses y hay un contexto mucho mejor que en otros sectores. Pero se siguen arrastrando problemas y hay cierta incertidumbre.
Entre ellos, apunta el encarecimiento de las materias primas.
–Es una amenaza que se cierne sobre el futuro a corto plazo que venimos observando desde hace meses, diría que incluso antes de la pandemia. La tendencia constante del incremento en el coste de los materiales en las últimas semanas en general tiene una afectación muy especial en la construcción. El acero, el cemento, el vidrio, la cerámica, la madera, están experimentandos incrementos fuera de cualquier previsión y, en algunos casos, incluso se está produciendo desabastecimiento. Nos preocupan la situación de las obras que están en marcha con contratos a precio cerrado y los constructores que no saben qué presupuestar hoy porque no saben cuánto va a subir según qué partidas mañana. Y no son subidas de precio de un dígito, sino de dos, bastante contundentes.
¿A qué se debe?
–Se debe a un conjunto de factores, pero el hecho de que los planes de estímulo que se están llevando a cabo en muchos países después de la pandemia, como EEUU y China, están poniendo en superproducción a determinadas economías que por regla general son acaparadoras de materiales y eso provoca, es la ley de la oferta y la demanda, que, si hay escasez, suban los precios. Otro factor es que en determinados países más afectados por el virus, la producción no está al cien por cien. Son muchas causas, en cualquier caso exógenas, fuera totalmente del alcance de las empresas constructoras de la provincia de Cádiz y, me atrevería a decir que a nivel nacional. Estamos trabajando para que este problema se conozca y habrá que hacer un ejercicio conjunto entre todos los agentes implicados para minimizar el impacto que sin duda puede acabar teniendo si no lo corregimos en las obras de construcción, que podrían verse amenazadas de paralización si encontramos problemas serios de abastecimiento, o en la generación de empleo, si los constructores empiezan a ver un riesgo de firmar nuevos contratos.
La falta de mano de obra se inicia con la crisis de 2008, queremos atraer a jóvenes y desemplados por el Covid”
El sector se muestra contrario a la eliminación del contrato fijo de obra.
–No soy ajeno a las negociaciones que se están llevando a cabo y las intenciones del Gobierno. Lo que ocurre es que creemos que existe una carga argumental de tal contundencia en defensa del contrato fijo de obra que tenemos la idea de que, de alguna manera, acabará exceptuándose en la reforma del Gobierno. De lo contrario, será un golpe en la línea de flotación del sector, que viene creando empleo prácticamente cuando nadie lo creaba, y en el que se tienen depositadas buena parte de las esperanzas de que se puedan ejecutar los fondos de recuperación. Y no es que vengan especialmente nutridos para la construcción, pero el carácter transversal de la actividad hace que tengan protagonismo en casi todo lo que se pretenda realizar, como en infraestructuras del ciclo integral del agua, rehabilitación o energías renovables.
También ha expresado su preocupación por la falta de mano de obra.
–Es una realidad desde que se inicia la recuperación de la crisis anterior. Ahora, en plenba recuperación del sector, se ha agravado. Solo dos de cada diez trabajadores del sector de la construcción en España tiene menos de 35 años. Nos vamos a enfrentar a un relevo generacional importante en la próxima década y queremos ser capaces de atraer a los jóvenes al sector, acogiendo también a las personas que han perdido su empleo en otros sectores a consecuencia de la crisis sanitaria. Esto requiere mucha formación, la cualificación de los empleados, y en eso estamos trabajando por ejemplo desde la Fundación Laboral de la Construcción.
¿Influyen los sueldos?
–El sector tiene unos salarios absolutamente adecuados al contexto actual y no paga ni más ni menos que otros sectores.
Acabar con el contrato fijo de obra es golpear la línea de flotación del sector, que ha creado empleo en plena crisis”
¿Son atractivos?
–Como consecuencia de la crisis anterior se demonizó el sector de manera injusta y se le atribuyó una fama que no le correspondía. Eso supuso que mucha gente saliera de la construcción y no ha vuelto. No tiene que ver con que se pague más o menos. El sector ha evolucionado desde 2008 y nos tenemos que esforzar en contar que hay nuevos materiales, nuevos procesos constructivos, la industrialización de la actividad, y que todo ello abre un campo enorme para formación de nuevos perfiles profesionales.
¿La reciente anulación del PGOU de El Puerto también es una amenaza para el sector?
–El PGOU no establece solo qué promociones inmobiliarias se pueden realizar en un territorio, un PGOU tiene impacto directo en el modelo de desarrollo de una ciudad, en su crecimiento económico. Lo que ha pasado en El Puerto, en Chiclana y en otros municipios de Andalucía no coge por sorpresa. El debate es por qué razón no existe ya una norma de seguridad jurídica que establezca que la anulación de determinadas partes de un plan no tengan necesariamente que implicar la anulación completa. Lo que sí ha sido una sorpresa es la no tramitación de la Ley de Impulso para la Sostenibilidad del Territorio de Andalucía (Lista), que lleva una previsión en ese sentido. Es un problema que hay que atajar y, en el caso concreto de El Puerto me consta que ya está trabajando en un nuevo PGOU, pero evidentemente es un varapalo a las expectativas de inversores. Habrá que ir creando una seguridad jurídica suficientemente razonable para que se siga apostando por la ciudad, que es lo que estoy seguro que pasará.
Se refería a la nueva ley urbanística, ¿es suficiente?
–Le habríamos incorporado algunas cuestiones pero no cabe la menor duda de que la normativa necesitaba una simplificación y esta ley simplifica e introduce cuestiones que nos gustan. Es lamentable que haya visto truncada su aprobación. Llamamos a entenderse a los grupos políticos para no perjudicar el interés general por intereses distintos a los urbanísticos.