Los hosteleros de Pontevedra llevan a la Xunta ante el TSXG por el cierre del sector

 Los hosteleros de la provincia de Pontevedra han decidido seguir los pasos de sus homólogos de A Coruña y han escogido este lunes tomar la vía judicial ante el TSXG y defender sus derechos frente a las restricciones sanitarias impuestas por la Xunta de Galicia, que incluyen el cierre de los negocios.

La demanda que hoy presentan ante el Tribunal Superior de Xustiza de Galicia (TSXG) es únicamente la primera de tres porque lo que quieren los empresarios hosteleros no es sólo trabajar, quieren también que la Administración les compense por lo que no han trabajado.

“El daño es muy lesivo. Hay un exceso de celo en cuanto al cierre total del sector”, ha dicho a Efe el presidente de la federación provincial de hosteleros, César Sánchez-Ballesteros.

Los hosteleros buscan un fallo que, como en el País Vasco, acabe con un cierre que los está condenando a la ruina dadas las ayudas que llegan de la Administración, a las que califican de “ridículas”.

Tras solicitar la suspensión cautelar de la norma que les impide abrir, los hosteleros presentarán una segunda demanda en la que exigen compensación por la obligatoriedad de reducir aforos y horarios, lo que les ha causado un muy notable perjuicio económico.

La tercera demanda, que vendrá después, pondrá en tela de juicio los cierres perimetrales, que están condenado al sector hotelero, el cual difícilmente tiene más de un 5 por ciento de ocupación.

“La situación es insostenible, y ni siquiera los impuestos han bajado, al revés”, denuncia Sánchez-Ballesteros, para quien “no está justificado que el sector tenga que estar cerrado con tasas de contagios del 3 por ciento cuando las oficinas, por ejemplo, tienen más del doble y nadie las cierra”.

Por ello, lo que los hosteleros de Pontevedra buscan son “compensaciones por los daños y perjuicios causados por esta norma” que les evite “estar mendigando ayudas a unas administraciones que tienen una total falta de sensibilidad”, señala.

Se quejan los hosteleros de que las ayudas que hasta el momento les ha dado la Administración no llegan ni para pagar el 10 por ciento de los impuestos que genera la actividad que no les permiten realizar.

“No es de recibo”, señala Sánchez Ballesteros, quien habla de “escándalo” o “vergüenza” para manifestar el hartazgo de un sector que se considera condenado por una administración que no les sube impuestos mientras le impide trabajar.