“Caos y miedo”. Así define el sindicato CSIF la situación que se está viviendo en el hospital de Riotinto en el que, al menos, 15 profesionales están infectados por el Covid-19, según los datos que le ha aportado a esta central sindical la propia plantilla del centro ya que desde la Administración no se facilita ninguna información. “El riesgo es altísimo y la exposición al contagio hace presagiar que van a salir muchos más casos positivos durante los próximos días”, asegura César Cercadillo, responsable provincial del sector de Sanidad de CSIF.
Desde el sindicato se denuncia que esta cadena de contagios es consecuencia de la falta de medidas preventivas y de equipos de protección. En este sentido, CSIF ha confirmado que los profesionales que han estado en contacto con positivos en coronavirus continúan trabajando sin haberles realizado los test de detección. En algunos casos, los trabajadores fueron enviados a sus casas para pasar la cuarentena pero, ante la falta de personal, les obligan a volver a ir al hospital sin verificar si tienen el virus.
“La norma que están imponiendo es que si no tienen síntomas pueden ir a trabajar y no se les hacen los test aunque hayan estado en contacto con personas infectadas; por tanto vuelven al centro hospitalario sin saber si son portadores del coronavirus. Esto es de una gravedad extrema ya que no se están tomando las medidas de protección ni de prevención mínimas y están exponiendo a los trabajadores a una carga viral elevadísima, algo que puede agravar la enfermedad aun en personas jóvenes”, lamenta Cercadillo.
En cuanto a los Equipos Individuales de Protección (EPIs), a los profesionales se les está obligando a reutilizar las mascarillas FPP2, que sólo tienen eficacia durante ocho horas y no deben humedecerse ni mojarse. A pesar de ello, la directriz que se ha marcado desde el hospital es que cuando acaben el ciclo de 2 días de utilización de estas mascarillas, “se rocíen con alcohol y las metan en una bolsa estéril con el nombre de cada trabajador para volver a utilizarlas al día siguiente”.
En un principio, estas mascarillas se utilizaban durante todo el turno de trabajo y se desechaban al finalizar la jornada o si los profesionales habían estado en contacto directo con algún paciente positivo en coronavirus. Sin embargo, desde hace dos días “tienen que servir para cada trabajador durante el tiempo que sea necesario. Las guardan dentro de un sobre en un armario para volver a utilizarse. Esa es toda la prevención que realizan”, explica Cercadillo. Por estas negligencias y la ausencia total de medidas de protección eficaces, “no se ha dado por escrito ningún tipo de protocolo a la plantilla. Es más, se están adaptando esas normas de funcionamiento al material que tienen, sin importar si realmente sirven para prevenir los contagios y evitar la propagación del Covid-19”.
Lo mismo ocurre con las batas; no se pueden cambiar durante todo el turno de trabajo, son de manga corta y material permeable y los cuellos quedan desprotegidos.
Y todo ello, “en una situación que no ha hecho más que empezar”, según le han transmitidos a CSIF los propios sanitarios del hospital de Riotinto.