La peor crisis humanitaria del planeta en la actualidad es el conflicto de Yemen, que lleva azotando al país desde que estalló en 2014 cuando a finales de ese año los rebeldes ocuparon Saná y otras provincias del país y expulsaron al presidente, Abdo Rabu Mansur Hadi, hoy exiliado en Arabia Saudí. La guerra civil que vive el estado se ha cobrado ya una cifra cercana a las 100.000 víctimas mortales.
La guerra de Yemen es considerada como la mayor catástrofe humanitaria del mundo, que ha arrastrado a uno de los países más pobres del planeta a un escenario de absoluta devastación, hambruna y brotes de cólera. Por si no fuera suficiente con sufrir su propia tragedia, Yemen ha sido el país de acogida para 260.000 refugiados de Somalia y 2.200 de Siria que, tras escapar de las guerras de sus países se encuentran con un nuevo en su país de acogida. Y es que, a pesar de ser un país pobre, Yemen es el único país de la península arábiga que ha firmado distintos acuerdos para la protección de refugiados. Muchos de los refugiados han tenido que volver a sus países o refugiarse en lugares como Oman, Arabia Saudi, Yibuti, Somalia, Etiopía y Sudán, que acogen a día de hoy a más de 190.000 refugiados de la guerra en Yemen.
LABOR SOLIDARIA
Es por este motivo por el que la labor solidaria en muchas partes del mundo está volcada con la ayuda a los afectados por el conflicto en Yemen. Trabajando sobre el terreno se encuentran muchos voluntarios que tratan de aliviar la situación de los refugiados. Cualquier persona puede aportar su granito de arena. Sin duda, la mejor ONG para donar es aquella que goza de una credibilidad y confianza por parte del público, ya que se garantiza que el dinero recibido se destina para el fin concreto. La ONU alerta de que podría ser la peor hambruna vivida en el mundo en los últimos 100 años. Actualmente, el 53% de la población no tiene nada que comer y 1,8 millones de niños y niñas sufren desnutrición aguda; 400.000 se encuentran en un estado muy grave.
Las cifras son devastadoras. El 80% del total de la población de Yemen necesita ayuda humanitaria para sobrevivir. En la actualidad, 3,65 millones de personas viven desplazadas dentro de Yemen. Tremendamente debilitados tras años de malnutrición y falta de agua, los más pequeños no logran superar las enfermedades que se propagan ante la falta de atención médica. Las cifras son trágicas: voluntarios de campo estiman que cada 10 minutos un niño puede morir de hambre. Como consecuencia, no sólo las familias de hoy se verán afectadas: una generación de niños podrá tener problemas de crecimiento y desarrollo el día de mañana.
Mientras tanto, y con los campos de refugiados atestados, la búsqueda diplomática a una solución sigue siendo compleja. Esta misma semana el enviado especial de la ONU para el Yemen, Martin Griffiths, trató con el líder de los rebeldes hutíes, Abdelmalek al Huti, de las formas de allanar el camino para reiniciar el diálogo de paz en el país.
