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Huelva

Tres años del germen albiazul

Más de 8.000 personas se echaron a las calles de Huelva el 22 de octubre de 2015 para exigir una solución para el Recreativo

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  • Manuel Obel. -
  • El recreativista Manuel Obel pidió aquella manifestación en una asamblea del Recre Trust
  • Motivo: la gestión siniestra de Pablo Comas, por aquel entonces dueño de la entidad decana
  • Hecho histórico en la ciudad y en el club con importante repercusión a nivel nacional

Este lunes se cumplieron tres años de la multitudinaria manifestación para la salvación del Recreativo. Aquel 22 de octubre de 2015 está en la retina de los aficionados recreativista como el día que cambió el rumbo en la historia del club.

El Decano agonizaba en las manos de Pablo Comas, por aquel entonces dueño de la entidad, y su futuro era confuso y oscuro. El Recreativo acababa de descender a Segunda división B; los impagos a trabajadores, futbolistas y proveedores eran la tónica habitual; se escuchaba aquello de “queremos pagar pero no nos dejan” en relación al embargo de Hacienda; la Ciudad Deportiva era subastada por la Seguridad Social; el caos reinaba en la institución; y se suponía que iba a llegar un grupo inversor mexicano con “músculo financiero”.

Comas, ahora condenado (aún no es firme) a tres años de cárcel por su gestión al frente del Recreativo, avocaba al club a su muerte por inanición. De ahí que surgiera el germen albiazul, la llama blanca y azul. Más de 8.000 personas salieron a la calle para pedir una solución viable al Decano. El recreativismo estaba dormido y apático ante la sarta de mentiras -confirmadas con el paso del tiempo- lanzadas por el exmandatario de la entidad.

El colectivo Recreativo Supporters Trust tuvo mucha culpa de aquella manifestación del otoño de 2015. Organizó la protesta y tuvo la posterior valentía de lograr que Comas se sentara en el banquillo de los acusados. Uno de los socios del Trust y recreativista acérrimo alzó la voz en una asamblea de dicho colectivo para movilizar a las masas. Ese fue Manuel Jesús Obel Gil, el socio 687 del Decano. “Recuerdo que en el apartado de ‘Ruegos y Preguntas’ de una asamblea del Trust en septiembre de 2015 pedí que saliéramos a la calle para hacer ruido, para que se escuchara en todos sitios la situación real que vivía el Recreativo”, explica a Viva Huelva.

“La protesta había que organizarla con mucha antelación y un día entre semana. Y, cómo no, tenía que pasar por sitios emblemáticos en la historia del Decano como el Viejo Colombino, el Velódromo y la Casa Colón”, dice. El motivo de aquella rebelión recreativista fue “por la gestión del condenado -Comas-”, y a partir de ahí “se planteó la búsqueda de una solución para el club”, confiesa Obel. “La situación era dramática y era renovarse o morir. No quedaba otra”, comenta el ideólogo de aquella manifestación, que logró tener el “respaldo unánime” del colectivo de aficionados para echarse a las calles.

Esa masiva concentración “supuso que la gente a nivel nacional se diera cuenta de la situación que vivía el Decano”, lo que provocó “la lucha constante de la ciudadanía contra el que decía lo de la gestión heroica”, porque “el club no tenía solución con él al frente”.

Días después, el alcalde de Huelva, Gabriel Cruz, convocó la Mesa de Unidad del Recreativo para que la familia recreativista abordara los problemas de la entidad y encontrar soluciones para garantizar su futuro. Meses después, el Ayuntamiento de Huelva expropió las acciones de la mercantil Gildoy España y se quedó con el 98% del paquete accionarial del club.

“Ese 22 de octubre es una de las fechas históricas y más importantes del Decano, que estaba muerto. Dicen que en los malos momentos se unen los sentimientos y el recreativismo lo demostró con una madurez especial”, asegura Obel, quien cree que “entre todos evitamos la desaparición” pero que “todavía queda remar mucho para salvar definitivamente al Decano”.

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