A lo largo de los últimos años, el Ministerio de Industria, junto con las principales marcas automovilísticas, ha trabajado con el objetivo de fabricar coches menos perjudiciales para el medio ambiente, pero con la misma calidad e idénticas prestaciones que los coches convencionales.
De momento, y aunque en el mercado ya se comercializan coches híbridos que combinan baterías eléctricas y motores de gasolina, los coches totalmente eléctricos (a través de una pila de combustible o a una batería) son todavía un sueño que las grandes marcas se esfuerzan por conseguir.
Actualmente, los coches convencionales dependen del petróleo, un codiciado bien que poseen pocos países y que convierte al resto del mundo en dependientes de este oro negro.
El coche eléctrico aparece así como el instrumento clave para garantizar la independencia de los países que no poseen esta fuente de energía, y se presenta como la alternativa en el mundo de la automoción.
El colaborador de la Fundación Vida Sostenible, César Casado, explicó a Efe que considera positivo que los precios del petróleo aumenten para que el empleo del coche eléctrico sea considerado como una opción más económica.
“Con la subida del petróleo del verano pasado, la gente fue consciente de que la electricidad era una opción, no sólo a nivel económico, sino también estratégico”, subrayó.
Además, las emisiones de gases contaminantes provenientes de los coches son la segunda causa más importante de contaminación medio ambiental en las ciudades.
“España emite alrededor de 400.000 toneladas de CO2 al año”, recalcó Casado, “por lo que la sustitución de todos los vehículos por otros eléctricos que no dependieran del carbono supondría dejar de emitir unas 86.000 toneladas a la atmósfera”.
MÁS DE UN MILLÓN EN 2014
El Ministerio de Industria, Turismo y Comercio anunció ya su intención de conseguir que en el 2014 circulen por las carreteras españolas más de un millón de coches eléctricos, algo que en opinión de los expertos es más un propósito que una realidad.
Para alcanzar su objetivo, ha creado grupos de trabajo en cooperación con las principales marcas automovilísticas para estudiar el desarrollo de estos coches y, de paso, potenciar el tejido industrial automovilístico.
De momento, para reducir el impacto medioambiental de los coches convencionales, el Gobierno concede ya una serie de ayudas, como el Plan VIVE que pretende ayudar a sustituir los coches más antiguos por otros nuevos que emitan menos CO2 por kilómetro.
Además, desde el pasado julio, el Ministerio dedica ocho millones de euros a incentivar la venta de coches híbridos, a través de unas subvenciones que oscilan entre 750 y 20.000 euros, dependiendo del tipo de vehículo, el uso y la clasificación de eficiencia energética.
Por otra parte, el Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE) ha firmado ya varios convenios para que el proyecto Movele, que pretende implantar un parque mínimo de 2.000 coches eléctricos y al menos 500 puntos de recarga en distintas ciudades españolas, se convierta en una realidad a partir de 2010.
La introducción masiva de los coches eléctricos a partir de 2014 no supondría grandes cambios en cuanto a la potencia y a la velocidad, pues tal y como ha declarado la compañía automovilística Toyota a Efe, “un vehículo híbrido consigue un nivel de aceleración óptimo muy similar a los que alcanzan los motores convencionales”.
Esta compañía dispone ya de un modelo híbrido que consume sólo 3,9 litros cada 100 kilómetros, un consumo medio muy inferior a los 5,1 litros que gasta actualmente un coche convencional con las mismas características a la misma velocidad.
PROPUESTAS PARA FOMENTAR SU USO
La encuesta de hogares y medio ambiente realizada por el Instituto Nacional de Estadística a más de 26.000 hogares entre abril y septiembre de 2008 reveló que tres de cada cuatro hogares españoles disponen de un vehículo para su uso particular.
Según esta encuesta, el transporte público es utilizado por tan sólo el 21,7%, mientras que el privado lo utiliza el 45,3%, y además, sólo el 4,4% de los hogares tiene en cuenta las emisiones de CO2 a la hora de comprarse un coche.
Según la responsable de la campaña de transportes de Greenpeace, Sara Pizzinato, esto se debe al incumplimiento de la normativa europea por parte de los fabricantes de coches que les obliga a anunciar las emisiones de CO2 como un complemento más del coche.
“En los últimos 15 años, ha aumentado el peso de los coches en un 18%”, lo que demuestra según Pizzinato que a la industria “le importa sólo el mercado de los coches de alta gama, que tienen elevadas emisiones de CO2”.
Pizzinato ha propuesto varias medidas que el Gobierno debería llevar a cabo para fomentar el uso de estos automóviles, como por ejemplo incrementar “el tipo impositivo entre los coches más y menos contaminantes”.
Además, “hay que tener cuidado con cómo se introduce el coche en España, pues puede favorecer el mantenimiento de la energía nuclear”, advirtió.
¿SERÁN LOS FUTUROS AUTOMÓVILES?
A pesar de la reducción de emisiones de gases contaminantes o del ruido, hay también quien no cree que estos coches eléctricos vayan a convertirse en la alternativa más ecológica.
El responsable del área de transportes de Ecologistas en Acción, Francisco Segura, ha aclarado a Efe que los beneficios de los coches eléctricos sobre el medioambiente serán “muchos menos que los que se están diciendo en los medios de comunicación”.
Tras puntualizar que no son vehículos “ecológicos”, sino “menos contaminantes”, explicó que estos coches “no contaminan tanto” como los vehículos que se mueven con gasolina, pero utilizan un tipo de energía que en gran parte se genera en centrales térmicas, que son altamente contaminantes.