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Provincia de Granada

Una muestra de tebeos para comerse su historia a "bocadillos"

Costaba cinco céntimos de peseta, esa moneda que a muchos niños de ahora les suena tan a chino como la palabra tebeo

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  • Tebeos. -
  • Fue el inicio de una denominación, de un sector, de mucho arte y, especialmente, de la tira de aventuras

Una exposición promovida por CajaGranada Fundación en colaboración con el Museo ABC dibuja una gran tira artística en la que conviven Mortadelo y Filemón con Florita o El guerrero del antifaz para recordar, bocadillo a bocadillo y viñeta a viñeta, un siglo de arte hecho tebeos.

Costaba cinco céntimos de peseta, esa moneda que a muchos niños de ahora les suena tan a chino como la palabra tebeo y fue el inicio de una denominación, de un sector, de mucho arte y, especialmente, de la tira de aventuras.



La revista TBO nació hace más de un siglo en la Barcelona de 1917, y sus iniciales sirvieron para dar nombre a esas historias animadas, a los dibujos con texto de otros países que llegaron a España para quedarse: los tebeos.

Un siglo después, más de 250 piezas originales y de época dan vida en Granada a "Historietas del Tebeo. 1917-1977", un recorrido por el nacimiento del cómic en España organizado por CajaGranada Fundación en colaboración con el Museo ABC.

Esta propuesta se convierte en poco menos que el patio de recreo de varias generaciones, esas que ahorraban céntimos para conocer lo último de Apache o el capitán Trueno o de los que intercambiaban las trastadas de Zipi y Zape por una de Hazañas bélicas, de los que ahora hablan como el abuelo de La familia cebolleta.

"Pero también es una oportunidad para que las nuevas generaciones, otros más jóvenes, descubran estos tebeos, ejemplo único de cultura popular hasta el día", ha explicado a Efe el presidente de CajaGranada Fundación, José Antonio Montilla.

La exposición, que se mantendrá abierta hasta el próximo julio, recorre en salas y por temáticas la evolución del tebeo desde que nació TBO y hasta que en 1977 apareció la revista Totem, que según el comisario de la muestra, Antoni Guiral, marca el fin de los cuadernos de aventura y otras publicaciones como El jueves.

"La muestra ofrece un recorrido por diferentes épocas con revistas de quince prestadores y se centra casi en un siglo, hasta que empiezan a aparecer las novelas gráficas para adultos", ha explicado la directora del Museo ABC, Inmaculada Corcho.

Las salas cuentan por bocadillos la historia de la ilustración nacional, una ofrecida de manera cronológica por cabeceras y otra por temas, un montaje para recordar con nostalgia y descubrir con entusiasmo a personajes míticos como el capitán Trueno o la familia Ulises, pero también para reivindicar a autores como Ibáñez y Jesús Blanco, Manuel Gago o Coll.

La muestra recuerda que la historia marcó los tebeos y dibujó historietas de guerras, de nacionales y republicanos, pero se dulcificó también para consolar a un país que reclamaba más héroes y más finales felices.

Ese viaje al pasado hecho aventuras dibujadas permite descubrir que en los sesenta Mortadelo daba nombre a una revista juvenil que obviaba a Filemón o que una rubia sugerente llamada Lola prometía, por 25 pesetas, 120 tiras del más "gracioso personaje sexy del cómic" reservado, eso sí, sólo para adultos.

La exposición ensalza los tebeos, eso "retro" que se vende en las ferias de animación y cómic, y pone marco de plata a un sector que acercó con tinta y lápiz a los héroes que triunfaban en América, que supo adaptarse a edades y sexos y que trajo con retraso a España la sabiduría y acidez de Mafalda.

Cuenta además que encaró como pudo a una censura que le mordió hasta dañar los textos de sus bocadillos para marcar el final de un tebeo y el nacimiento de la novela gráfica, aunque eso ya es otra historieta que contar. 

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