La jueza que instruye el caso de la muerte de una mujer en un elevador del hospital de Valme en Sevilla en agosto ha citado como investigado al técnico de mantenimiento del ascensor, tras recibir un informe policial que apunta al "fallo humano" como "única hipótesis factible" del siniestro.
Según las conclusiones del informe policial remitido al juzgado de instrucción 1, al que ha tenido acceso Efe, "la única hipótesis factible es un fallo humano producido por una manipulación incorrecta del ascensorista de (la empresa) Orona", F.C.D., citado a declarar como investigado el 18 de enero en una providencia del juzgado fechada el 17 de octubre.
Los hechos ocurrieron el pasado 20 de agosto cuando Rocío Cortes era trasladada en ascensor tras dar a luz a su tercera hija en el Hospital de Valme y quedó atrapada, si bien cuando se abrió la puerta y el celador se disponía a sacarla, el elevador se activó y subió rápidamente, provocando un impacto por el que la joven falleció en el momento.
El informe del Grupo de Homicidios de la Policía Nacional remitido al juzgado el 11 de octubre alude tanto a la investigación realizada por la gerencia del hospital como al peritaje encargado a la entidad Atisae como "organismo de control designado por la Delegación de Industria".
En su declaración ante la Policía, el técnico señaló que recibió el aviso en su oficina en el hospital de Valme y acudió a la sala de máquinas del centro, a algo más de cinco metros de distancia, pero antes de poder manipular el cuadro de mandos, escuchó un ruido y salió a ver lo que había ocurrido.
Sin embargo, hay un "intervalo de unos tres minutos" que la Policía ve "tiempo suficiente para producirse algún tipo de manipulación en el centro de control del ascensor".
"No se ha podido explicar cómo se produjo el desbloqueo del freno del ascensor que provocó la subida del mismo a gran velocidad y con las puertas abiertas, la única hipótesis que no se ha podido comprobar es la de que se produjese la apertura del freno de mano", señala el informe.
Según la Policía, accionar manualmente la palanca del freno para que un ascensor suba cuando se queda entre dos plantas "es una técnica que se utiliza de manera habitual por los ascensoristas, si bien hay que cumplir una serie de medidas de seguridad" como desconectar el interruptor general, informar al pasajero o comprobar que las puertas están cerradas para evitar la subida "descontrolada", ya que con esta técnica "se desactivan todos los elementos de seguridad" y las declaraciones del celador indican que no se hizo nada de eso.
Añade que el peritaje de Atisae subraya que para que el ascensor subiera con las puertas abiertas "es imprescindible que el dispositivo se abriera" y tras descartar fallos mecánicos en la suspensión, fallos eléctricos y de seguridad y fallos electrónicos en las placas de control, "no se puede descartar un fallo humano en la maniobra de rescate".
Por la negativa del ascensorista a la entrevista que le solicitó la empresa Orona y ante su declaración en la Policía, Atisae "no ha podido establecer la hipótesis concreta de lo ocurrido" si bien al descartar todo fallo técnico la Policía concluye que "no se ha podido encontrar ninguna explicación técnica al por qué de la apertura de la puerta trasera de la cabina del ascensor siniestrado, quedando abierta la posibilidad a que fuese consecuencia de una manipulación manual".