Tras dos años de legislatura en el Ayuntamiento y en el ecuador de la misma, el líder de Izquierda Unida nos repasa cuestiones que atañen al normal funcionamiento del Ayuntamiento y en las diferentes áreas que le afectan a la formación que lidera, así, cómo no, a la salud con la que cuenta el equipo de Gobierno con el que reconoce las dificultades que entraña en el desembarco al gobierno municipal.
Sujeto y amarrado a una situación de inferiodidad plenaria, reconocen las complicaciones para hacer llevar sus políticas.
¿En qué ha mejorado El Puerto desde que accedieron a la Alcaldía? ¿Y en qué hay que mejorar?
–De estos dos años destacaría los avances en cuestiones laborales en las contratas municipales. Estamos cumpliendo con aquello que prometimos en la oposición, por ejemplo, incluyendo la subrogación en todos los pliegos o cláusulas para no permitir la destrucción de empleo amortizando los puestos de trabajo como ocurre en el Ayuntamiento, entre otras cuestiones novedosas que ya han sido trasladadas a los sindicatos y que hay que valorar de forma muy positiva.
Desde que llegamos hemos trabajado por implementar un nuevo modelo de participación ciudadana, a pesar de que choque con el modelo tradicional que en nuestra ciudad se organizaba en consejos municipales de carácter consultivo.
Ese modelo funcionó en su momento pero ahora la ciudadanía demanda una mayor participación mediante fórmulas de democracia más directa. Hacia allí queremos ir, por ejemplo con la puesta en marcha de los presupuestos participativos como herramienta de transformación social y empoderamiento, aunque conlleve algunas dificultades a la hora de poner en marcha. Estamos muy orgullosos del trabajo que estamos desarrollando en Memoria democrática.
Por primera vez en esta ciudad se cumple con la ley de memoria histórica y existe un compromiso firme con la recuperación de nuestra historia y la reparación de aquellas personas que fueron asesinadas y represaliadas por defender la democracia y que han estado olvidadas tantos años. Por último, se han dado pasos importantes para cumplir con demandas históricas de nuestra ciudad como la construcción de la estación de autobuses y la del catamarán, la reforma del entorno de Santa Clara o el Centro de Salud de la Zona Norte.
Nuestro Ayuntamiento lleva décadas de retraso en muchos aspectos, que no se pueden solucionar en dos años pero que debemos afrontar con constancia y mucho esfuerzo.
Hay que apretar más a nivel económico. Llevamos poco tiempo pero queremos marcarnos objetivos claros concretos y a corto plazo: regularización de vados, tasa de apertura o reformar algunos impuestos. También poner en marcha la auditoria ciudadana de la deuda, porque no podemos conformarnos con pagar una deuda que está asfixiando a los ayuntamientos en beneficio de las grandes empresas y los intereses privados.
Debemos ser firmes y contundentes. Por otro lado, el Peprichye aún está pendiente. Se avanzaron cuestiones cómo la carta ecológica pendiente desde 2009 y que se hizo por fin el año pasado. Ahora queda darle el último impulso para que la ciudad al fin cuente con este importante documento. Es uno de los objetivos prioritarios.
Dejó Urbanismo con temas importantes tales como la normalización de las ARGs y la subasta de los terrenos de La Puntilla. ¿Cómo se encuentran?
–En estos momentos las negociaciones sobre los terrenos de La Puntilla están paralizadas. En IU fuimos los primeros en alertar sobre el peligro que suponía para la ciudad la operación de la APBC y seguimos defendiendo que la solución no puede venir de forma unilateral sino que se tiene que tomar de forma participativa entre los sectores y colectivos afectados.
En cuanto a las ARG, 11 ya han comenzado el proceso de regularización y dejamos lista la Comisión de Seguimiento para prestar asesoramiento y apoyo de los asesores municipales a los vecinos que se encuentran inmersos en estos procesos.
Además, también dejamos aprobado el primer PERI, el de La Herradura.
IU tiene a la participación ciudadana como gran valedor pero sin un Presupuesto sin aprobar, ¿cómo se explica?
–Son dos cuestiones independientes. Efectivamente no tenemos aprobado aún el Presupuesto de este año, aunque pretendemos llevarlo a pleno en julio, pero las políticas de participación ciudadana van más allá y el estar con un presupuesto prorrogado no impide poder trabajar en el Presupuesto participativo para 2018 ni tampoco significa que no podamos cumplir con lo votado por la ciudadanía.
De hecho este año se han realizado varias propuestas recogidas en los presupuestos participativos 2017, le pese a quien le pese.
Hay prevista una asamblea de partido en la que se va a valorar la gestión y el pacto.
–Sí. Ya celebramos asambleas de balance a los 100 primeros días de llegar al gobierno y al cumplir un año. Ahora a mediados de mes celebramos nuestra asamblea de balance de los 2 años, en la que valoraremos el grado de cumplimiento del pacto programa, tanto por nuestra parte como por parte del PSOE, y la gestión de Izquierda Unida dentro del gobierno municipal.
Nuestra asamblea y nuestro grupo municipal tenemos claro que no estamos en el gobierno por prestigio o por mantener cargos. Nos comprometimos firmando un acuerdo de gobierno cuyo contenido creemos que sigue vigente y queremos desarrollar políticas que beneficien a la mayoría social y a las personas que más están sufriendo.
Es difícil llevarlo a cabo con un Ayuntamiento intervenido de facto y con un gobierno en minoría, pero tenemos unos objetivos claros y si llegado el momento se nos impide llevarlos a cabo -desde dentro o desde fuera del gobierno- tenemos claro que sobramos.
La salud del bipartito en estos dos años de Gobierno...
–La salud del bipartito está muy condicionada por la situación de minoría que tenemos en el Pleno y la situación financiera del Ayuntamiento que en algunos casos impiden desarrollar las medidas políticas o económicas que nos gustaría. Gobernar implica aceptar contradicciones, y mucho más hacerlo en minoría con el PSOE.
A nadie se le escapa que existen discrepancias entre ambos en asuntos puntales y muchas más en cuestiones de fondo, pero hasta ahora se han ido consensuando siguiendo el acuerdo de Gobierno firmado en 2015.
Mientras el PSOE siga en esta senda podemos seguir trabajando, pero también tenemos claro que hay líneas rojas por las que no vamos a pasar y reivindicaciones que no vamos a dejar encima de la mesa.