La Virgen de la Cabeza vivó su día especial. Cientos de fieles acompañaron a la Reina de la Serranía el pasado domingo en el camino hasta las Cuevas de San Antón. Las palmas y las sevillanas no pararon de sonar desde las 9 de la mañana cuando, tras las concentración romera, comenzó el camino en forma de procesión desde la Iglesia de la Merced hasta su ermita.
Rondeños y serranos, entre los que había autoridades locales, damas goyescas, representantes de las diferentes hermandades de la ciudad, hermanos y devotos, atravesaron las entrañas de la ciuad por el Puente Nuevo, calle Armiñan para llegar al barrio de San Francisco, donde la Virgen de Loreto esperaba a los romeros situada en un altar. Es de admirar la pasión y la entrega de la Hermandad del Santo Entierro, con este acto, y los vecinos del Barrio, engalanando sus balcones, cada año con la Virgen de la Cabeza.
La alegría del Coro Romero de la Virgen de la Cabeza se fue contagiando, quien interpretó todo tipo de bailes y sevillanas que eran seguidas por los romeros acompañantes. Vítores a la imagen tampoco faltaron. Al llegar al carril que lleva a 'Los Pinos de la Cabeza', los romeros se echaron al hombro a la Virgen hasta llegar a la explanada. Allí tuvo lugar el rezo del Ángelus y la Misa de romeros. Una eucaristía única y especial oficiada por el Rvdo. D. Miguel Chacón Vilchez. Durante el trayecto no faltó, como es de costumbre, un tamborilero. Este año fue Juan Rodríguez García, tamborilero de Benalmádena. Tras la eucaristía en un paraje único, se bajó a la Virgen hasta su ermita en las cuevas de San Antón, donde estará recibiendo cultos hasta finales de verano.
Una vez concluido el acto tuvo lugar la convivencia en el recinto de la romería. Momento para comer, cantar, bailar y pasarlo bien con amigos, familiares y romeros en el campo. Casi alcanzada la tarde noche, pasadas las 19:00, tuvo lugar el Salve de Despedido que dio por concluita la romería y las carretas volvieron a la ciudad.
El Hermano Mayor de la Virgen de la Cabeza, José Antonio Suárez, destacó la gran afluencia de personas que acompañaron a la imagen durante el camino.