Ciudadanos y Partido Popular, dos fuerzas situadas en teoría en el mismo espectro ideológico, no se entienden en Andalucía. Sí lo hacen en otros lugares como la Comunidad de Madrid, en diputaciones andaluzas o en ayuntamientos, e incluso sumaron sus votos a favor para que Mariano Rajoy conservase la Moncloa. Al sur hubo un amago de entendimiento tras el verano. Fue en septiembre, cuando después de una conversación informal en los pasillos del Parlamento los líderes de ambas formaciones, Juanma Moreno y Juan Marín, acordaron sentar a sus delegaciones en torno a una misma mesa para intentar hacer una especie de frente común para colar reivindicaciones mutuas en los Presupuestos andaluces de 2017.
Aquella reunión se celebró. No tenía augurios de llegar demasiado lejos porque Ciudadanos ya tenía claro, o al menos el inicio de la negociación con el PSOE lo deja entrever, que si arrancaba nuevas concesiones a la Consejería de Hacienda (y a Susana Díaz por extensión) le daría el visto bueno a las cuentas socialistas por segundo año consecutivo. Así fue, pero al menos de aquel encuentro salieron ambos partidos con la sensación de que había cauces por los que podían transitar de la mano.
“Eso ilustra lo que debe ser la normalidad de relaciones entre dos fuerzas políticas que coincidimos en muchas posibles soluciones a los problemas que padece nuestra tierra”, llegó a celebrar Moreno. La evidencia de las preferencias de C’s por el PSOE acabaron por enfriar tanto optimismo.
Los puentes entre ambos, a tenor lo escuchado ayer, parecen ya estar demolidos. No quedaban ya muchos porque en la primera prueba de fuego de los Presupuestos cada cual adoptó una posición diferente. Ciudadanos volvió a aliarse con el PSOE y contribuyó a tumbar las enmiendas a la totalidad del resto de la oposición, incluida la del PP.
En tono agrio
El tono empleado este miércoles por Juan Marín denota malestar. Alzando la voz, algo que el líder de C’s suele evitar, se preguntó qué juega Moreno y le exigió que “se aclare” porque da la impresión de que parece “que está deseando votar sí” al Presupuesto. La formación de Rivera confiesa estar desconcertada por el doble discurso de los populares, que por la mañana despliegan todas su contundencia contra las cuentas públicas y horas más tarde desvelan que han enviado, hasta por dos veces, cartas a la presidenta de la Junta y a su vicepresidente para convocar reuniones en las que limar asperezas y ser capaces de consensuar el proyecto de ley. “Hoy dicen digo, mañana Diego: nos marean”, protesta Marín.
La gota que colma el vaso de la paciencia de C’s ha sido que el PP presente una enmienda a la totalidad para luego abrirse a votar sí si se aceptan sólo cuatro puntos, entre ellos la eliminación del Impuesto de Sucesiones.
