El Partido Socialdemócrata (SMER) ganó las elecciones eslovacas celebradas el sábado con el 28,3 % de los votos que le otorgarán 49 diputados, frente a los 83 que tenía hasta ahora, en un Parlamento en el que ha entrado una formación de origen neonazi y donde los partidos protesta representan el 30 %.
Con el 99,96 % del escrutinio ofrecido en vivo por la Oficina Estadística, la permanencia en el poder del primer ministro socialdemócrata, Robert Fico, queda en entredicho.
"Tras la situación surgida, debemos mantener la cabeza fría", dijo Fico esta madrugada, cuando recordó que al país le espera el desafío de la crisis de los refugiados y la Presidencia de turno de la Unión Europea a partir de julio.
"Formar Gobierno tardará más de lo normal", reconoció el líder izquierdista, quien también opinó que algunos partidos políticos no deberían haber entrado en el Parlamento.
"La gente ha decidido. Si bien estamos convencidos de que algunos partidos políticos no deben estar en el Parlamento y es necesario prohibirlos", dijo Fico sobre el éxito cosechado por el Partido Popular Nuestra Eslovaquia (LSNS), una formación de origen neonazi que ha logrado el 8 % de los votos.
El LSNS, que dio la sorpresa al lograr 14 escaños y convertirse en la quinta fuerza más votada, está dirigido por el ultranacionalista Marian Kotleba, gobernador de la región de Banska Bystrica.
El liberal SaS de Richard Sulik obtuvo el 12,1 % y 21 escaños, lo que le convierte en líder del centro derecha, por delante del partido protesta OLaNO, con el 11 % y 19 escaños.
El nacionalista SNS, socio de los socialdemócratas en la legislatura 2006-2010, regresa al Parlamento unicameral con el 8,6 % de los votos y 15 escaños, por delante de otro partido protesta, el ultranacionalista Partido Popular Nuestra Eslovaquia (LSNS).
El movimiento protesta Somos Familia (Sme Rodina) obtuvo el 6,6 % del voto y 11 escaños con su retórica nacionalista y contra la inmigración.
Los eslovaco-húngaros moderados del conservador Most-Hid obtuvieron el 6,5 % y 11 diputados, por delante del conservador "Siet" (La Red), que sólo obtuvo el 5,6 % de los votos y 10 escaños, un resultado decepcionante ya que las encuestas le habían pronosticado la segunda posición.
Quedan fueran del Parlamento de Bratislava el movimiento democristiano del KDH, uno de las fuerzas históricas de Eslovaquia, y que ha sido fagocitado por los demás partidos.
Con ocho partidos en el nuevo Parlamento, se espera ahora unas difíciles negociaciones para formar Gobierno.
Fico necesitaría el apoyo de al menos otras dos formaciones y el centroderecha precisaría de una complicada coalición de cinco fuerzas para tener la mayoría suficiente.