Por espacio de tres días se celebró en el Instituto Superior Técnico de la Universidad de Lisboa el 10th International Conference on Composite Science and Technology (ICCST / 10). Este congreso internacional, que nació en 1996 y que desde entonces se ha celebrado en diversas sedes como Durban, Sudáfrica, Emiratos Árabes Unidos (Sharjah), Malasia (Kuala Lumpur) o Italia (Sorrento), tiene como objetivo reunir a científicos, ingenieros y tecnólogos para intercambiar ideas, presentar sus trabajos a la comunidad internacional y discutir los últimos avances en materiales compuestos.
En esta última edición participó el joven sanluqueño Alejandro Pérez Vargas, con el proyecto ‘Detección óptica de fosgeno en cloroformos comerciales mediante capas finas nanocristalinas de TiO2/INDICADOR’.
Este proyecto se resume en el desarrollo de un sensor capaz de detectar un gas tóxico que se usó con mucha frecuencia en la Primera Guerra Mundial como es el Fosgeno y cuya presencia se ha detectado en un reactivo de uso frecuente en los laboratorios, como es el cloroformo. Alejandro Pérez Vargas, que acaba de terminar la carrera de Ciencias Ambientales en la Universidad Pablo de Olavide, en Sevilla, forma parte del Departamento de Sistemas Físicos, Químicos y Naturales de dicha Universidad y presentó su proyecto junto con su grupo de trabajo compuesto por José María Pedrosa Poyato, Tania Lopes Costa, Belén Suárez Jiménez y María González Guillén.