El Museo de Huelva ha presentado esta mañana La Pieza del Mes, que en esta ocasión pone de relevancia la colección de ídolos del yacimiento arqueológico de La Orden-Seminario. El delegado territorial de Educación, Cultura y Deporte en funciones, Vicente Zarza, ha realizado la introducción de esta actividad y ha invitado al público presente a contemplar los bienes mencionados en la nueva sala instalada en la sección de Arqueología, en la también se exponen otras piezas como los famosos ídolos-placa de los Dólmenes del Pozuelo, con los que tienen en común la cronología, así como los motivos decorativos (ojos-soles).
“Este espacio -ha afirmado el delegado- supone un primer paso para futuras remodelaciones en el discurso museográfico de la sala de Arqueología pues mejora sustancialmente la imagen de las piezas expuestas”. Zarza ha animado al público a conocer esta impresionante colección arqueológica “que contiene significativos elementos identitarios del patrimo-nio onubense”.
La zona La Orden-Seminario es un área protegida al norte del casco ur-bano de la ciudad de Huelva, que se localiza sobre dos elevaciones que le confieren un amplio dominio visual del entorno inmediato tanto terrestre co-mo fluvial y localizado sobre el nacimiento de una serie de arroyos de escaso porte que son el origen de un importante brazo de la actual marisma, el Estero del Rincón, que en el pasado actuaría de barrera física para el acceso por tierra al extremo meridional de la península. La posición elevada en la que se sitúa el yacimiento, así como su localización en el nacimiento del propio estero, le conferiría igualmente un carácter de control del acceso a la zona.
Partiendo de este contexto geográfico, en 2006 se produjo el descubri-miento de los depósitos que albergaban los dos conjuntos de ídolos, datados en torno al tercer milenio antes de Cristo con 29 estatuillas, formando grupos en el interior de sendas estructuras excavadas en el sustrato, compartiendo espacio con otras ocho estructuras negativas circulares datables igualmente en el III milenio: cinco típicas de almacenamiento (silos) y tres de uso indeter-minado. Estas estructuras están ubicadas en la ladera oriental de una de las lomas que conforman el asentamiento y muy cercanas a la vaguada que lo di-vide en dos áreas, ocupando una superficie dentro del poblado de alrededor de 130 m2.
Las figuras “votivas” se encontraban de pie, formando grupos y alinea-das en eje sureste-noroeste. Son de distinta morfología y estratigráficamente presentan diversos niveles de deposición y episodios de uso sobre suelos de arcilla compactada. Están elaborados en calizas marmóreas, hueso y marfil, existiendo tres tipos de ídolos atendiendo a su forma: Cilindros, Tolva y Beti-los. La primera estructura excavada contenía un depósito de 7 ídolos cilíndri-cos (4 sin decoración y 3 decorados con ojos soles y tatuajes faciales), 3 ído-los de hueso o marfil y 1 vaso de mármol. La otra estructura era un pozo de acceso circular y cámara subterránea, donde aparecieron 22 ídolos, 15 cilín-dricos (12 lisos y 3 decorados), 1 betilo, 3 tolva (1 de ellos es la punta de un colmillo de elefante africano) y 3 de hueso.
Según la investigación arqueológica dirigida por Diego G. Batanero, Juan Carlos Vera y José Antonio Linares, se trata de una colección única en la Península Ibérica con un alto valor simbólico, pues los rituales colectivos en los que intervinieron y los depósitos “deben estar relacionados con las creen-cias religiosas e ideológicas, fomentando la identidad sociocultural de la co-munidad que los produjo y utilizó, reforzando vínculos y lazos de cohesión social necesarios para el desarrollo de la vida cotidiana”.
Evolución histórica del yacimiento
El yacimiento Seminario La Orden se encuentra actualmente delimitado y protegido, ocupando una finca que constituye un rectángulo de unos 700 metros en el eje Este-Oeste y 500 metros en el eje Norte–Sur, extendiéndose por una superficie total de más de 230.000 metros cuadrados. En él, existen millares de estructuras arqueológicas localizadas que ocupan la práctica totalidad de su superficie, abarcando vestigios desde la Prehistoria reciente hasta época contemporánea. En este sentido, destacan dos áreas de necrópolis de la Edad del Bronce, una aldea con fondos de cabaña, estructuras de almacenamiento y hornos domésticos del Bronce final, diversos sistemas de cultivo superpuestos a base de zanjas y fosas que abarcan casi todo el primer milenio hasta el cambio de era, estructuras orientalizantes y turdetanas destacando un horno de doble cámara, una necrópolis visigoda, un área de grandes silos enmarcada entre dos fases de necrópolis medievales, la más reciente de ellas almohade, alcorques y diversas trazas de arboricultura de la Edad Moderna
La gran fase que inicia la secuencia ocupacional de La Orden–Seminario durante la Prehistoria reciente es la que abarca cronológicamente el final del IV y todo el III milenio a.n.e., correspondiente a los contextos convencional-mente denominados Tardoneolítico-Neolítico final y Calcolítico en la zona meridional de la Península Ibérica. Es una de las fases de ocupación mejor re-presentadas en lo que se refiere al número de estructuras de habitación y fu-nerarias documentadas, a su distribución espacial y al grado de conservación de los depósitos y piezas arqueológicas.