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La máquina no se detiene (1-3)

Enésimo triunfo sin paliativos del conjunto de Unai Emery, que se deshizo del Eibar en tan sólo 15 minutos para seguir soñando con la Champions

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Suma y sigue y parece que no se va a parar. Ayer, con los menos habituales, saldó un nuevo triunfo con claridad en Eibar, gracias sobre todo a la pareja estelar Reyes-Bacca.


Finalmente, rotó Emery en un once con hasta siete modificaciones. Las principales, el regreso de Arribas y Aspas al equipo titular. Al que no reservó fue a Bacca pensando en el Madrid y menos mal que no lo hizo porque el colombiano fue determinante en el primer cuarto de hora. Primeramente, en el minuto 7 tras un pase de libro del mago Reyes que dejó solo al cafetero ante el meta eibarrense, al que batió con solvencia. Pero la avalancha sevillista no se detuvo en Ipurúa y sólo ocho minutos después, con los mismos protagonistas, llegó el segundo. Centro al corazón del área del utrerano que no atajó Irureta y fue a caer a las botas de Bacca, en fuera de juego que el asistente no vio, para batir la meta del conjunto vasco por segunda vez en tan sólo un cuarto de hora.


El inicio del duelo fue que ni pintado. Lo que le posibilitó al equipo de Emery a controlar el tempo del encuentro a su gusto y fortaleciendo la defensa hasta tal punto que el conjunto local ni siquiera logró rematar entre los tres palos en los primeros 45 minutos. Incluso, el Sevilla disfrutó de alguna contra que otra para abrir la brecha en el luminoso, pero Iago Aspas no hiló fino el último pase a Bacca. No obstante, los de Nervión ya ganaban y muy comodamente en Ipurúa frente a un Eibar nervioso y sin ideas.


Pero en la reanudación fue distinto. En un córner en el minuto 50, muy mal defendido por la zaga sevillista, lo aprovechó el italiano Piovaccari para rematar en la línea de gol y recortar distancias. Comenzaba un nuevo duelo.


Se volcó el Eibar en busca del empate, aunque sin demasiada fortuna, pero durante diez minutos en los que encerró al Sevilla en su área. Hasta que apareció la pareja de la noche, la dupla Bacca-Reyes, aunque en esta ocasión con los papeles cambiados. Fue el colombiano el que, en el minuto 64, se vistió de asistente para que el utrerano convirtiera el tercero tras una excelente contra.


Y de ahí al final, coser y cantar. Aunque el Eibar dio el susto pocos minutos después en una acción ofensiva en la que Manu del Moral no llegó por centímetros en boca de gol. Al final tres puntos y a pensar en el Madrid, duelo que sin duda marcará el devenir liguero del Sevilla en su lucha por la Champions.

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