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Jerez

La mesa del flamenco

Dos japonesas trabajan seis meses en su país, ganan dinero, lo guardan y se lo gastan en el Jerez flamenco los otros seis meses del año

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En el momento en el que la  pantalla del televisor ofrecía la imagen de Neymar retorciéndose de dolor tras la alevosa entrada del colombiano Zúñiga, Antonio Benítez Manosalbas, recién nombrado presidente honorífico de la Federación Local de Peñas Flamencas y cernícalo mayor del reino flamenco de La Plazuela, entornaba los ojos y me comentaba que estaba cansado “porque  hemos estado de fiesta en la peña (en Los Cernícalos, claro). Juan Enry ha hecho cola de toro y papas aliñás y es que hemos despedido a dos japonesas, que se han ido llorando. Se van a su país. Están allí seis meses, trabajan, ganan dinero, lo guardan y se lo gastan en estar los otros seis meses del año aquí en Jerez, viviendo el flamenco, bailando, aprendiendo, empapándose de la verdad de nuestra cultura, del flamenco, de nuestra tierra”. Una verdad como un templo. Lo que ganan las dos japonesas lo invierten en seis meses viviendo en Jerez, ciudad de un flamenco sin fronteras. Terminó el partido, que vi en el Club Nazaret, me fui a la mesa donde estaba mi mujer con otras amigas y me presentó a una señora, de más de sesenta años, que me dijo que era danesa. Ha dejado el bienestar de Copenhague para venirse a Jerez sola, en una casa de alquiler, para vivir “el flamenco”. Y cómo lo vivía cuando veía arrancarse por bulerías a Macarena de Jerez que celebraba el fin de curso de su escuela de baile. La danesa, de cuyo nombre ciertamente no me acuerdo, estaba ensimismada y no sabía si aplaudir o salir directamente a bailar. La gente se viene de Japón, de Dinamarca o de Finlandia a vivir a Jerez, a sentir el flamenco, a saborear el arte, el compás. Eso es lo que Jerez da al mundo y eso es los que, muchas veces, desconocen, desconocemos, los propios jerezanos. Por eso miro con ilusión a esa reunión que la mesa del turismo va a celebrar hoy y donde se va a proponer una mesa del flamenco. Es algo que desde hace muchos años vengo pidiendo desde esta columna. Una apuesta decidida de la Administración por el flamenco, una ruta de peñas para el turismo, que turismo, dinero es lo que el flamenco trae a nuestra ciudad. Y arte, cultura y compás es lo que Jerez ofrece.

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