La asociación El Refugio del Burrito, ONG de ámbito nacional que vela por el bienestar de burros y mulos, ha denunciado ante la Guardia Civil al propietario de unos equinos que alquilaba por horas para montar pese a encontrarse éstos en estado caquéctico, de absoluta desnutrición y delgadez, por horas.
Estos hechos fueron detectados por miembros de la ONG durante la pasada romería del Rocío y la Guardia Civil ha investigado a esta persona por un delito de maltrato animal, según ha informado la asociación.
El día 8 de junio, a las 16:00 horas, el equipo de la ONG detectó a tres caballos usados para ese fin y a un poni "cojo, ciego de un ojo y con una herida sangrante en la nariz causada por la serreta, que venía tirando de un carro con cinco niños".
Tras llamar al Seprona, se alertó al veterinario oficial del Plan Romero, que "pudo constatar el estado crítico en que se encontraban los animales, con múltiples heridas infectadas y graves, a lo largo de la columna vertebral causadas por las sillas de montar".
Se acordó el traslado de los animales a las instalaciones de El Refugio del Burrito en Fuente de Piedra (Málaga) para darles la atención veterinaria que necesitaban, suero y electrólitos para combatir el estado de deshidratación que presentaban.
Éste es uno de los nueve casos de maltrato animal detectado por el equipo de la ONG, al que se sumó un segundo entre cuyos componentes estaba Tim Wass, especialista en Bienestar Animal de la ONG Inglesa Animal Kind, cuyo objetivo es elaborar un informe sobre el bienestar de los animales que son utilizados en la romería del Rocío para entregarlo al Parlamento Europeo.
La conclusión a la que llegan los técnicos de la ONG es que "el maltrato animal en El Rocío es escandaloso y que no existe absolutamente ningún control sobre lo que se hace con los animales, así como su procedencia, y cumplimiento con las leyes vigentes, tanto las referentes a identificación de los animales, como a la ley de protección animal andaluza 11/2003 de 24 de Noviembre".
Se han detectado animales trabajando con problemas de salud, cojeras y heridas múltiples causadas por los aperos, especialmente en la nariz y tripa.
Un 70 por ciento de los caballos y mulos presentaban heridas en la nariz por las serretas, pieza de metal con dientes que se les coloca en la nariz y aproximadamente un 90 por ciento de estos no habían recibido cura en las heridas y continuaban con la serreta sobre la herida, en muchos casos en carne viva, según la asociación.