La nueva fuerza política de izquierdas Podemos se convirtió en las Elecciones Europeas del pasado domingo en la tercera más votada de la ciudad, por detrás de PSOE y del Partido Popular que se quedaron en un empate técnico con menos de 50 votos a favor del primero.
Por detrás quedaron incluso las fuerzas que se preveían que conseguirían mejores resultados a tenor de las proyecciones demoscópicas, Unión, Progreso y Democracia e Izquierda Unida, partidos que tanto a nivel local como nacional se quedaron con dos palmos de narices al comprobar pasadas las diez de la noche que un partido asambleario, sin estructura y con programa realizado a base de propuestas a viva voz, les había ganado la partida. Y lo peor, que nadie se había dado cuenta de lo que estaba pasando, ni los aparatos de los partidos, ni los medios de comunicación ni las encuestas
¿Esto es extrapolable a las elecciones municipales del año que viene? Generalmente las Elecciones Europeas no lo han sido, pero estamos en unos tiempos en los que la palabra generalmente cada vez tiene menos valor. Hasta ahora se tiene la certeza de que el cartero siempre llama dos veces y que el pueblo sólo castiga una. Pero eso puede cambiar.
El humilde consejo desde este espacio editorial es que no se confíen, que entiendan que la forma de hacer política culpando a los demás ha pasado y que lo que se necesitan son propuestas posibles y proyectos terminados. O eso o La Isla será ingobernable a partir del verano de 2015.
Sólo hay que extrapolar los resultados a la Corporación para darse cuente de que si antes de las pasadas elecciones ya era necesario un cuatripartito, ahora puede ser necesario incluso más consenso o lo que también es posible, que los que han llegado últimos adelanten a los que estaban. Hasta en La Isla, poco apegada a la izquierda radical, puede ocurrir.