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Jaén

Juzgan este martes a un acusado de someter a su mujer a prácticas sexuales contrarias a su religión

Ella es testigo de Jehová

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La Sección Tercera de la Audiencia Provincial de Jaén juzga este martes a un hombre, identificado como A.N.G., al que la Fiscalía atribuye un delito de maltrato habitual, otro de maltrato en el ámbito familiar y un tercero continuado de abuso sexual, por los que pide una pena total de diez años, nueve meses y un día de prisión, cometidos contra su mujer, a la que supuestamente sometía a "prácticas sexuales" a cuya realización ésta se había opuesto "reiteradamente" debido "principalmente a sus convicciones religiosas", ya que es testigo de Jehová.

   Así se recoge en el escrito de calificación del fiscal, al que ha tenido acceso Europa Press, que detalla que el encartado ha estado casado durante 27 años con su esposa, con la que tiene dos hijos en común, una menor de edad.

   Sin embargo, según el Ministerio Fiscal, "prácticamente desde el inicio de la relación el acusado ha tratado de forma despectiva" a su mujer, a la que "reprochaba continuamente no ser una buena madre ni ser buena esposa", y, de hecho, "en los dos últimos años" el acusado le dirigía a ésta "frecuentemente expresiones tales como 'no vales para nada', 'tienes la culpa de todo' y otras similares".

   Además, "en algunas discusiones (...) se ponía violento y llegó a levantarle la mano" a su pareja, "llegando en otras ocasiones a agredirla físicamente cogiéndola del cuello y empujándola contra la pared", algo que ocurrió, según el fiscal, "en el mes de enero de 2010", si bien "la víctima no precisó asistencia sanitaria".

   De igual modo, en el escrito de calificación se puede leer que "en los últimos años de relación matrimonial el acusado obligó en varias ocasiones a su esposa, en contra de su voluntad, a someterse a prácticas sexuales no consentidas por ella, y a cuya realización ésta se había opuesto reiteradamente, debido principalmente a sus convicciones religiosas, ya que (...) es testigo de Jehová".

   Precisamente fue después de "consumar" un acto sexual en esas condiciones, el 25 de marzo de 2012, cuando, según relata la Fiscalía, "el acusado se marchó de la vivienda y se dirigió a las dependencias policiales de la Guardia Civil de Martos --donde se sitúa el domicilio familiar--, donde manifestó ante el agente que lo recibió que venía a entregarse a la Justicia porque acababa de violar a su mujer".

   Estos hechos constituyen, a juicio del fiscal, un delito de maltrato habitual por el que solicita una pena de tres años de prisión; otro de maltrato en el ámbito familiar por el que pide nueve meses de cárcel, y un tercero continuado de abuso sexual que, según su criterio, debe ser castigado con siete años y un día de prisión, si bien el Ministerio Público aprecia que en el comportamiento del encartado se da la circunstancia atenuante de confesión.

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