Al menos 34 personas han muerto y 85 se encuentran todavía en paradero desconocido después de que un ferry se hundiera el pasado viernes por la noche frente a la costa de la isla de Cebú, en la zona central del archipiélago filipino, tras colisionar con un carguero, según el último balance.
Las malas condiciones climatológicas han dificultado en las últimas horas las tareas de rescate, así como los trabajos de las autoridades marítimas para controlar la fuga de fuel procedente de la embarcación hundida.
Ante la imposibilidad de establecer un cerco, han optado por arrojar sustancias químicas disolventes para evitar que el fuel llegue a las costas de Cebú, según ha informado la cadena filipina ANC.
El ferry cubría la ruta Agusán del Norte-Manila, que tiene una parada en la isla de Cebú. Hay al menos 36 personas ingresadas en hospitales de la zona.
En el ferry, propiedad de la compañía 2GO, viajaban 841 personas. En concreto, 723 pasajeros, entre ellos 86 niños, y 118 tripulantes. Estas cifras se sitúan por debajo del aforo máximo permitido, de 1.010 personas, pero por encima del registro de pasajeros que llevaba.
El sobreaforo y las irregularidades en el registro en estas embarcaciones son prácticas habituales en Filipinas, un archipiélago de 7.100 islas, pese al mal estado de los ferrys.
El barco hundido, de 40 años de antigüedad, habría solicitado un cambio pocos minutos antes del accidente, cuando enfilaba el puerto, si bien no se ha esclarecido si el carguero, propiedad de la compañía Philippine Span Asia Carrier, habría aceptado, según la Guardia Costera.
La empresa 2GO ha asegurado que los capitanes contactaron y ha señalado que el carguero no cambió la ruta, tal y como habrían acordado vía radio.
Los capitanes de ambas embarcaciones han sobrevivido al accidente y permanecen retenidos a falta de ser interrogados por las autoridades. Según testimonios de uno de los tripulantes, el ferry se hundió en apenas diez minutos tras colisionar con el carguero.