Las primeras jornadas de funcionamiento de los nuevos contenedores soterrados se han caracterizado por la escasez de incidencias de consideración. Tanto es así que el delegado municipal de Medio Ambiente, Nicolás Aragón, ha felicitado a los ciudadanos del casco histórico “por la gran demostración de civismo y compromiso de los vecinos”.
A primera hora de la mañana de las jornadas del lunes y el martes los operarios de Urbaser, empresa contratista del servicio de recogida, realizaron tareas de inspección en el área de influencia de los contenedores soterrados. Así fueron colocando notas informativas en todas las bolsas que encontraban en la calle, unas 25 el lunes y 15 el martes, recordando que las mismas se deben depositar en los nuevos buzones distribuidos en el viario del casco histórico y solicitando la colaboración vecinal. Esta iniciativa dio como resultado que en posteriores inspecciones la mayoría de bolsas hubiesen desaparecido, lo que puso en evidencia la buena disposición ciudadana a colaborar.
“En los pocos casos en los que ha ocurrido – ha indicado Aragón- las bolsas que aparecieron en las calles fueron fruto del despiste de algunos ciudadanos, que no recordaron la fecha de puesta en marcha del servicio. Por ello era muy importante que durante las primeras mañanas se vieran las bolsas en la calle con el objeto de reforzar la tarea de difusión entre los vecinos”.
“Esta iniciativa volverá a ser puesta en marcha durante algunas jornadas para que también puedan ser advertidos aquellos ciudadanos que no han sacado la bolsa los primeros días, si bien la campaña de difusión realizada ha dado los frutos esperados”, según ha asegurado el citado concejal.
Otro hecho a tener en cuenta es que durante los días transcurridos no se han depositado bolsas a los pies los contenedores, lo que denota que, al igual que los vecinos, los comerciantes y hosteleros están siguiendo las recomendaciones que se les han trasladado durante las visitas realizadas por el personal de Urbaser.
El dimensionado de los contenedores, tal y como se esperaba, es el correcto, con un llenado que se sitúan entre el 25 y el 50 por ciento, lo que cubre las necesidades de las 1.500 viviendas que se estiman habitadas en el área de influencia de los contenedores soterrados.