Los vecinos de las más de 25 viviendas de la localidad de Villafranca de Córdoba, que fueron desalojados el lunes pasado por la crecida del río Guadalquivir debido a las lluvias y desembalses, han vuelto a sus casas en las últimas horas de este jueves, mientras que el agua ha abandonado ya las casas a las que había llegado el nivel del río en las parcelas cercanas al aeropuerto.
En declaraciones a Europa Press, el alcalde de Villafranca, Francisco Javier López, ha informado de que a lo largo de la mañana de esta jornada se ha tomado "la decisión de que volviesen a sus viviendas" los vecinos afectados de la zona de los huertos familiares, dado que "el caudal ha bajado un poco y está bastante controlado". En estos momentos registra 1.300 metros cúbicos por segundo frente a los más de 1.700 de los últimos días.
En este sentido, los inquilinos, que abandonaron los inmuebles de manera preventiva el lunes de la citada zona donde hay unas 200 parcelas situadas en la vega del Guadalquivir, han regresado a sus casas "con precaución y expectantes" ante las próximas horas por si se produjeran lluvias y los desembalses.
En cualquier caso, el regidor destaca que el municipio ha "vuelto a la normalidad, dentro de la precaución", a lo que añade que "no hay nada inundado", después de que el agua tampoco afectara a ninguna de las viviendas.
Mientras en la capital cordobesa, donde se mantiene la vigilancia con Policía Local y Protección Civil, el nivel del río Guadalquivir "está bajando" y la lámina de agua "ya no ocupa" las viviendas de las parcelas cercanas al aeropuerto, principalmente en Guadalvalle, y se prevé que la situación se normalice "en las próximas horas", según informan a Europa Press fuentes municipales, que apuntan que en función del descenso del caudal se reducirá el número de efectivos del dispositivo de emergencia.
Al respecto, los efectivos, ante los distintos desembalses en los pantanos de la provincia y el nivel del río Guadalquivir, prestan especial vigilancia en la barriada periférica de Alcolea y en Córdoba capital, concretamente en las zonas de Guadalvalle, Majaneque, Pilar de la Vega, la Cigüeña, la Altea, Fontanar de Quintos, y Rosal del Rubio, donde en algunas de ellas varias familias residentes han abandonado sus inmuebles de manera voluntaria, sin registrarse desalojos por la crecida del río, que ya desciende su caudal.
