En concreto, en las mujeres el riesgo de fractura aumenta a partir de la menopausia y en varones a partir de la sexta o séptima década de la vida. Además, algunas enfermedades asociadas tales como la artritis reumatoide, enfermedad celiaca o enfermedades renales y hepáticas, pueden condicionar el inicio temprano de la osteoporosis.
El trabajo, coordinado por especialistas de la unidad de gestión clínica de medicina interna del hospital regional Carlos Haya de Málaga, contó además con la participación de profesionales de la Axarquía y Serranía de Ronda, la agencia pública sanitaria del costa del Sol o de la clínica privada parque de San Antonio.
Los resultados mostraron que el 14% de los pacientes tenían una fractura vertebral que no identificada y que, en el informe de alta, solo en el 8% se registraba el diagnóstico y establecía el tratamiento para la osteoporosis.
El riesgo de sufrir una segunda fractura, de cadera y vertebral, es mayor en personas que, habiendo tenido una fractura vertebral asintomática, no se trataron de un modo adecuado.
Por este motivo, los especialistas insisten en la necesidad de seguir las recomendaciones de los consensos nacionales y europeos en cuanto a la implantación de medidas de prevención tanto primaria, identificando a pacientes con alto riesgo de fracturas, como secundaria, con el fin de evitar fracturas recurrentes en personas que ya las hayan tenido. La identificación de pacientes en riesgo de sufrir fracturas se realiza actualmente mediante una herramienta, el índice de FRAX, que mide entre otras cosas estilos de vida.