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España

La cerveza abre la guerra

Cada vez más establecimientos recurren a la bajada de precios de la rubia para atraer clientes

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  • Bres con pizarras y precios -
Algunos bares de Sevilla han comenzando una auténtica guerra de precios, especialmente de la cerveza, para conseguir atraer clientes. “Botellines a 70 céntimos”, se puede leer en la pizarra del bar Tapacopa, en la esquina de Amor de Dios con la Alameda de Hércules, un reclamo que le ha servido para que los clientes suelan abarrotar el bar. A pocos metros, en la calle Feria, otro bar los vende a 60 céntimos.

“Me niego a pagar más de un euro veinte por una cerveza, muchos menos un euro y medio, algunos se creen que somos ricos”, opina Isabel Molina. Como ella, muchos clientes, sobre todo los más jóvenes, cambien sus hábitos y cada vez más buscan locales con precios de cerveza por debajo de un euro “o como mucho a euro”, dice Molina.

Una de las ofertas más sonadas de las últimas semanas la ha protagonizado la franquicia de cervecerías la Sureña. Su oferta estrella es la de un cubo con cinco botellines a tres euros, por lo que cada unidad sale a sesenta céntimos. Además, con la apertura de locales, han iniciado una importante promoción y no es difícil hacerse con un vale que se puede canjear por un cubo totalmente gratuito.

Desde la asociación de Hosteleros de Sevilla ven con preocupación estas promociones “tan agresivas”, explica su vicepresidente, Antonio Palomino, que cree que este tipo de ofertas hace mucho daño “a los pequeños establecimientos, que no pueden igualar estos precios”. Palomino ve “preocupante” que se “regale alcohol” y cree que además, los bares deben deben ser competitivos en otros aspectos “como la calidad o la gastronomía” y no sólo “a costa de reducir el margen de beneficio”.

Un biombo que separa clientes y precios


Uno de los lugares en el que mejor se visibiliza la guerra de precios es en la calle situada en el lateral izquierdo del centro cívico Las Sirenas, en La Alameda. El pasado marzo tres amigos decidieron hacerse con el traspaso del bar Versalles, situado junto a dos de los locales históricos de la zona.

“Decidimos poner los botellines a un euro porque más nos parece caro”, explica Álvaro Liñan, uno de los dueños, que asegura que en ningún momento han pretendido “quitar clientela a nadie”. Pero tener precios más bajos les ha supuesto, además de muchos clientes, la enemistad con sus vecinos. Uno de ellos incluso ha puesto un biombo para separar claramente las dos terrazas. “Parece el muro de la vergüenza”, comenta un cliente, al que no le gusta el separador.


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