El tiempo en: Barbate
Publicidad Ai

España

Cada cual en su sitio

En una estructura social como la nuestra, es de vital importancia que cada una de las piezas que forman parte del sistema cumpla con su labor...

Publicidad Ai
Publicidad Ai
Publicidad AiPublicidad AiPublicidad Ai Publicidad Ai
Publicidad Ai
En una estructura social como la nuestra, es de vital importancia que cada una de las piezas que forman parte del sistema cumpla con su labor, de lo contrario, nos podemos encontrar una disfunción, que a buen seguro lo hará chirriar, con el consabido malestar que esto produce en quienes lo integramos.

Si en mi anterior artículo hablaba sobre la importancia de encajar bien el “espacio y el tiempo”, en éste voy a reflexionar sobre la importancia que tiene que cada cual esté en su sitio y sepa desempeñar bien las funciones de éste.

Desde hace tiempo vengo observando a personas que ocupan puestos de menor o mayor responsabilidad en distintos ámbitos: vecinales, sindicales, asociativos… que desempeñan las funciones propias de cada uno de ellos –hasta aquí nada que agregar– , lo extra viene cuando además añaden un plus adicional dándole un claro matiz político. No es que me importe que se haga política desde estos ámbitos, al fin y a la postre, todos y cada uno de los seres humanos la hacemos en nuestra quehacer cotidiano. Lo que sí que no debe de hacerse es política partidista. Me explico, un sindicalista para mejorar las condiciones de trabajo de sus compañeros/as tiene que proponer medidas, luchar por ellas y conseguir aquéllas que según las circunstancias sean posibles. Al igual que un dirigente vecinal o asociativo debe buscar mecanismos que produzcan unas mejores condiciones de vida, lo que exige reivindicar, negociar y consensuar éstas en pos del bien común. Pero esto es una cosa y otra bien diferente es utilizar el lugar en el que te encuentras y el cargo que ocupas para darle mamporros al del frente –normalmente al gobierno– no valiendo en estos casos el argumento facilón que se suele esgrimir en base a la defensa de la colectividad a la que se representa.

Y esto –a poco que seamos observadores– debemos de admitir que se está produciendo en nuestra querida ciudad desde hace años como consecuencia de un determinado modelo social, que dicho sea de paso no es fácil cambiar, aunque sea necesario. Si no, ¿cómo se puede entender que un sindicalista haya tenido una actitud totalmente reprobable con una delegada municipal profiriéndole toda clase de descalificativos sin ni siquiera hablar con ella?, o ¿cómo es posible que desde determinados ámbitos antes la culpa de todo la tenía la Junta de Andalucía y el Gobierno central y desde hace exactamente 18 meses es del Gobierno municipal?

Y es que existen personas que deben tener claro cuál es el lugar que ocupan y a quién representan –otra cuestión diferente es que les gustaría estar en otro distinto–. Si así fuera, lo que tienen que hacer es ser coherentes y dar el paso decisivo incorporándose a la política en las estructuras establecidas para ello, o sea, los partidos políticos.

Sé que no es fácil dar el paso –se lo dice uno que lo dio y, que por tanto, sabe de lo que habla–, pero les puedo asegurar mal que les pese a algunos/as que intentan acomodarte a donde ellos les interesa, que cada cual tiene su ideología y que no siempre tiene que corresponder con la entidad o institución en la que trabaja.

Es, por lo que les invito a ser valientes y dar el paso a hacer política de partido sin esconderse en estructuras que ocultan las verdaderas intenciones de muchas personas que se parapetan tras éstas. Así es muy cómodo tomar decisiones y armar arabacas contra quienes no piensan de la misma manera. Pero créanme si les digo que ésta es una actitud cobarde. Lo mejor es que, –valga la redundancia– “cada cual esté en su sitio”.

TE RECOMENDAMOS

ÚNETE A NUESTRO BOLETÍN