El tiempo en: Barbate

San Fernando

La economía, tocada y hundida, pasa de ?crisis? a ?recesión?

La situación económica actual es la peor que se ha vivido en décadas

Publicidad AiPublicidad Ai
Publicidad Ai
Publicidad AiPublicidad Ai
Publicidad Ai Publicidad AiPublicidad AiPublicidad Ai
Publicidad Ai
Publicidad Ai
  • El agravamiento de las turbulencias financieras en EEUU no dejó lugar a dudas de que ésta es una crisis ?gorda?. -
Si hay una palabra que ha estado en boca de todo hijo de vecino en 2008, ésa ha sido “crisis”. Este año ha sido tan común preguntar por ella como hablar del tiempo. Sin embargo, el presidente del Gobierno tardó en usar el término más que el resto de españoles.

Cuando los datos de paro y crecimiento ya mostraban un claro empeoramiento de la economía española, Zapatero seguía hablando de “desaceleración” o “frenazo”. En cualquier caso, el agravamiento de las turbulencias financieras en EEUU por el desplome de Lehman Brothers no dejó lugar a dudas: esto es una crisis y de las gordas.

Algunos han llegado a afirmar que el conocido como credit crunch, cuya consecuencia principal es que ha cerrado el grifo de los créditos estrangulando a las economías, es el mayor desde la Gran Depresión. Sólo el tiempo podrá juzgar si esto es o así o no, pero, desde luego, la situación económica actual es la peor que se ha vivido en décadas.
Todo apunta a que “recesión” será la palabra que sustituya a “crisis” en 2009.

El Rey pide la unión de todos para superarla

El rey Juan Carlos I se mostró preocupado por la crisis económica actual e instó en su tradicional mensaje de Navidad de 2008 al “conjunto de nuestras fuerzas políticas, económicas y sociales” a trabajar juntos para volver a la “senda del crecimiento”.
“Despleguemos con inteligencia y tesón nuestra bien probada capacidad de superación, tirando del carro en la misma dirección, aportando cada uno su grano de arena”, dijo el monarca en el mensaje televisado a toda la Nación.

“Se trata de volver, tan pronto como sea posible a la senda del crecimiento económico y de la creación de empleo; abrir una perspectiva de pronta recuperación y un horizonte de adecuada seguridad a nuestros operadores económicos, trabajadores y consumidores”, afirmó.
El Rey no dudó en asegurar que le “preocupan muy especialmente las numerosas personas que en nuestro país han perdido su empleo. Me preocupan sus familiares y tantos jóvenes que no encuentran trabajo”.
Por ello, pidió que la lucha contra el desempleo siga teniendo un “carácter prioritario” siendo “solidarios con los más desfavorecidos y vulnerables” en un país que en noviembre pasado alcanzó los 2.989.269 desempleados.
El rey Juan Carlos no olvidó las implicaciones globales de la crisis económica, por lo que pidió “reglas internacionales más eficaces para reforzar la estabilidad, supervisión y transparencia del sector financiero en un nuevo entorno globalizado”.
En esta línea, abogó por la colaboración multilateral, no sólo contra la crisis financiera, sino también en ámbitos como “el terrorismo internacional que condenamos con firmeza (...) el hambre, la pobreza o la protección del medio ambiente”.

Más de tres millones de parados en España

The Economist lo clavó en un informe especial que dedicó a España en noviembre: “The party’s over” -la fiesta se ha acabado-. El milagro de la economía española se ha tornado en una terrible crisis económica que muestra su rostro más dramático en el paro.
El desempleo ha registrado este año las subidas más intensas que se recuerdan en un sólo mes -durante enero, octubre y noviembre- y ha crecido en más de 900.000 personas en 2008 para dejar el número total de parados en más de tres millones.

La cifra es la mayor en más de una década y pone punto y final a años de fuerte crecimiento. La economía española ha entrado en recesión en 2008, algo inimaginable un año antes, cuando creció más de un 3%. El frenazo a una década prodigiosa de expansión se debe a la crisis financiera originada en EEUU, pero no exclusivamente. Ésta ha dejado al descubierto las debilidades del boom patrio: una economía demasiado sustentada en la burbuja inmobiliaria y su mantra -fallido- de “los pisos nunca bajan”.

TE RECOMENDAMOS

ÚNETE A NUESTRO BOLETÍN