Llamativo es, en lo que atañe al fervor popular, el gran Cristo de Dalí pintado sobre la pared del edificio que hace esquina con la calle de los Doctores Ubaldo Delgado y la avenida Isabel Manoja. Al llegar la Semana Santa, la gigantesca obra pictórica cobra vida por sí misma. El paso de los tronos procesionales, que descienden por la cuesta de El Calvario a hombros de dos centenares de cofrades, acentúa su elocuencia. En la noche del Martes protagonizan el descenso, desde la Parroquia de Cristo Resucitado, los pasos de Nuestro Padre Jesús de la Sentencia y María Santísima del Calvario. El Viernes Santo lo hacen las procesiones de Nuestro Padre Jesús Nazareno y María Santísima de los Dolores, a su regreso al templo Madre del Buen Consejo, del que partieron. Previamente, el Domingo de Ramos, que abre el ciclo de procesiones, derrama sus notas alegres por el camino la procesión de "La Pollinica", de la que los niños del municipio, candidez entre palmas, son estrellas.
Buena parte del numeroso público asistente a las procesiones lo conforman visitantes españoles y de otras nacionalidades, que aprovechan estos días para disfrutar del clima idóneo de Torremolinos. El libro "Nuevo Torremolinos", editado por el Ayuntamiento, se expresa con persuasiva concisión en lo que respecta a la tradicional devoción del pueblo, simultaneada por la espectacularidad que revisten las procesiones de cara al visitante, cuando recoge: "Los sucesivos desfiles procesionales ofrecen instantáneas de gran belleza y simbolismo, representativas de la importancia que tiene en Torremolinos la Semana Santa como expresión de fervor popular y como atractivo turístico de primer orden". De igual manera expone que la Semana Santa en Torremolinos tiene "un protagonismo relevante y un profundo arraigo", y añade con justa razón que las tradicionales procesiones del municipio "concitan cada año mayor interés y seguimiento popular".
Previamente a la Semana Santa tiene lugar el tradicional Pregón, que en este año 2011, por vez primera organizado conjuntamente por las dos cofradías del municipio, ha sido pronunciado por Miguel Alarcón Alarcón en la parroquia Madre del Buen Consejo, en presencia de las primeras autoridades y de sendas representaciones de las hermandades, asociaciones y colectivos del municipio. El señor Alarcón, cuya disertación se centró principalmente en el aspecto mariano de la celebración de la Semana Santa, destacó asimismo, con emotivas palabras, la figura de quien durante largos años fue párroco en Torremolinos, D. Florencio Aguilar, muy querido por los feligreses. De las dos cofradías locales, la asentada en la iglesia Madre del Buen Consejo es la más veterana. Fue instaurada en 1924, meses antes de que Torremolinos dejara de ser pueblo y se convirtiera en una barriada más de Málaga.
Una importante contribución al fervoroso ambiente que en estos días vive Torremolinos es la Muestra de Miniaturas de Semana Santa, instalada en el Ayuntamiento. Reproduce en pequeño tamaño las procesiones de Semana Santa de Málaga, con los emblemáticos tronos de las más populares cofradías. Destaca la reproducción a escala de diversos edificios del centro histórico, entre ellos la Catedral. Se trata de la mayor colección de estas características existente en Andalucía. Fue creada por el óptico malagueño D. Eloy Entrambasaguas. La conservación y exposición de este artístico patrimonio corre a cargo de un equipo de voluntarios.
El broche sonoro de la Semana Santa lo pone en el municipio el Concurso de Saetas "Ciudad de Torremolinos", organizado por la Peña Flamenca Amigos del Arte y patrocinado por el propio Ayuntamiento de Torremolinos. A tan singular certamen, que cada año genera mayor expectación, acuden cantaores de toda Andalucía. Ciertamente, y es maravilla y sorpresa del forastero, el pueblo de Torremolinos vive intensamente, como no muchos lo hacen, su tradicional Semana Santa.