El informe ha estado coordinado por el ex ministro de Sanidad Bernat Soria y en su elaboración han participado asociaciones de pacientes, sociedades médicas, administración pública, asociaciones de enfermería, distribuidores, farmacéuticos y gerentes de hospital, con el objetivo de ofrecer una visión integradora.
Durante su presentación, Soria aseguró que “estamos ante un paciente, el sistema sanitario, que requiere una intervención quirúrgica y no meros retoques”.
“No es un problema cosmético, es un problema quirúrgico”, insistió.
Para ello, es importante la participación activa y el consenso de todos los agentes del sistema y es necesario que se concrete en un Pacto de Estado por la Sanidad, que la sociedad está reclamando.
“Estamos sentados sobre una mina de oro pero no la estamos explotando”, aseguró Soria, quien insistió en que el informe hace un diagnóstico y un pronóstico de la problemática, pero no indica el tratamiento.
La gran mayoría de los participantes en el estudio, promovido por Abbott, se han mostrado en contra del copago como parte de la solución, ya que no lo consideran ni una medida disuasoria ni recaudatoria y su aplicación puede tener efectos perversos.
Antes de esta fórmula, el informe propone otras alternativas, entre ellas, el establecimiento de una bolsa de puntos, que se agotan por el uso inadecuado del sistema, momento en el que se podría acudir a charlas sobre uso y abuso de medicamentos.
Además, si se detecta que una persona está haciendo un mal uso del sistema, se le podría enviar un primer aviso con una “factura informativa”.
El documento pide también un mayor esfuerzo en medicina preventiva.