El alcalde de Cádiz, Bruno García, ha asegurado que el equipo de Gobierno “quiere un Carnaval seguro, no de botellones” y considera que contar con una carpa, en lugar de las tres del pasado año, es suficiente para “dar servicio” a quienes buscan otro tipo de ocio durante las fiestas.
El primer edil ha confirmado lo señalado por el presidente de la asociación de vecinos del barrio de Santa María, José Rodríguez, sobre el acuerdo con la entidad para la ubicación de la instalación, en los terrenos de la Muralla del Parque de Ondalla, frente a la Estación de Tren.
Y ha remarcado que, al situarse al fondo de la explanada, “la muralla evitará que el sonido” genere problemas, tal y como han reclamado reiteradamente en los últimos años los vecinos de la zona.
“Hemos planteado el mayor cuidado” en este sentido, ha insistido. No en vano, el pliego indica que los altavoces se orientarán hacia el mar para reducir el impacto sonoro en el barrio.
Cabe recordar que el pliego para la ocupación de la vía pública de la instalación entre los días 1 y 25 de febrero establece un canon de 114.840 euros.
La carpa tendrá 1.800 metros cuadrados como máximo y se destinará “a baile, espectáculos, restauración y/o actividades del Carnaval.
Asimismo, el adjudicatario podrá vender comida rápida, como hamburguesas, pizzas, baguettes, kebabs…). No estará permitida la utilización de cocinas o instalaciones de gas o cualquier otro sistema de elaboración de alimentos que generen humos, pero sí podrá utilizarse horno microondas u horno eléctrico.
El adjudicatario es, igualmente, responsable, de las instalaciones provisionales para los suministros de elect5ricidad, telefonía, megafonía y otros recursos necesarios para el correcto funcionamiento del evento, así como la evacuación de aguas residuales.
También será responsable de la limpieza diaria, barrido y baldeo, y debe velar e impedir el consumo de bebidas con graduación alcohólica a menores de edad.